Relata el desaparecido Códice Calixtino, según leo en el extraordinario libro sobre el camino de Santiago y la catedral de Santiago de Compostela de Félix Carbó titulado “El pórtico de la Gloria, misterio y sentido”, lo siguiente:
“La iglesia [se refiere a la catedral de Santiago] se comenzó en el año MCXVI (1116) de la Era. Y desde el año en que se puso la primera piedra en sus cimientos hasta aquél en el que se puso la última, pasaron cuarenta y cuatro años”.
La Era, la Era… ¿pero qué es “la Era”, así dicho? Nos lo aclara el propio Carbó, autor del libro:
“[La era] Hispánica: 38 años más antigua que la era cristiana, es decir, la iglesia se comenzó en el año 1078”.
Otro ejemplo similar sería la famosa espada del Cid, que lleva una inscripción en lka que se puede leer: “Io soi Tizona a fue hecha en la era de mil e quarenta”, que es en realidad el año 1002, treinta y ocho años menos una vez más.
Si señor, ¿a que no sabían Vds. que en España y hasta un determinado momento de la historia usamos nuestra propia era, en todo independiente de lo que se usara en otros lugares de Europa y del mundo? Pues bien, así es.
Se llama “Era Hispánica” al cómputo de los años que se utilizó en Hispania hasta bien entrado el siglo XIV. Tiene su año 1 en el 38 a. C., año en el que la decreta Octavio Augusto tras obtener la pacificación de la península, algo en lo que, como en tantas otras cosas, emula a su predecesor Julio César, quien había establecido la definitiva conquista de las Galias como punto culminante de su “cursus honorum”.
La Era Hispánica fue utilizada en el sur de Francia y en la Península Ibérica, aunque con distinta vigencia en los diferentes reinos. Mientras en los condados catalanes deja de utilizarse relativamente pronto, tras el concilio de Tarragona de 1180, en los reinos de Aragón, Valencia y Mallorca no se abandona sino durante el reinado de Jaime I hacia mediados del s. XIII. En Castilla pone fin a su uso Juan I en 1384. Y en Portugal lo hace su Juan I tan tarde como en 1422.
En cuanto al momento en que empezó a ser utilizada, bien pudo ocurrir hacia el s. III.
©L.A.
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