El arzobispo de Madrid, cardenal Carlos Osoro, presidirá el viernes 16 de diciembre la sesión de clausura de la fase diocesana de las causas de beatificación de Timoteo Rojo Orcajo y 60 compañeros sacerdotes diocesanos; Rufino Blanco Sánchez y 70 compañeros laicos, e Isidro Almazán Francos y siete compañeros laicos de la Asociación Católica de Propagandistas (ACdP). Todos ellos murieron en la persecución religiosa de los años 30 en Madrid.
Será en un acto solemne en la catedral de Santa María la Real de la Almudena, a las 18:00 horas, que se podrá seguir también a través del canal de YouTube del Arzobispado. La clausura supone, explica Alberto Fernández, delegado episcopal de las Causas de los Santos, que ya se han recogido toda la documentación, «miles de documentos sobre cada uno de los siervos de Dios», y todos los testimonios, «más de 150 testigos», necesarios para que el proceso continúe en Roma. «Es, como si dijéramos, el final de la fase de instrucción, y ahora comienza el juicio para ver si realmente estas 140 personas sufrieron una muerte violenta por odio a la fe». La fase diocesana se abrió el 12 de diciembre de 2020.
Valientes en la demostración pública de la fe
Cada uno de estas personas tiene «su propia historia», aunque hay algo que el delegado destaca de todos ellos: «Nunca tuvieron miedo de demostrar en público su fe». Fueron, así, personas «valientes», en algunos casos muy jóvenes, que dieron su vida por Jesucristo. Entre ellos, explica Fernández, hay un «caso paradigmático» teniendo en cuenta, además, el Año Santo isidril que se vive en la archidiócesis: el de Timoteo Rojo, canónigo de la catedral de San Isidro, que escondió el cuerpo del santo madrileño en la actual colegiata y se juramentó, junto a otros compañeros, para no revelar dónde estaba.
[Bajo estas líneas, el Patriarca de las Indias y Obispo de Madrid-Alcalá, monseñor Leopoldo Eijo y Garay, asistiendo al descubrimiento del cuerpo de San Isidro, en la Colegiata, tras los días de la persecución religiosa].
En la causa de Timoteo se incluyen otros 60 sacerdotes diocesanos.
Por su parte, Rufino Blanco de 75 años, era maestro y pedagogo, muy conocido en los ambientes de su especialidad, cofundador de la Escuela de Estudios Superiores del Magisterio. En marzo de 1936 había ingresado en la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas. Tuvo nueve hijos, uno de los cuales va también en esta causa, junto a otros 69 laicos. Entre ellos, padre e hijo carniceros en el barrio de La Paloma, jóvenes de Acción Católica, periodistas —como Antonio Bermúdez, corresponsal de El Debate—, abogados, profesores, labradores, catequistas…
El tercer siervo de Dios que encabeza la tercera causa es Isidro Almazán de 45 años. Era maestro, también entregado al apostolado de la enseñanza, y presidente de la Federación de Maestros Católicos. En su causa se incorporan siete compañeros laicos de la ACdP.
En la página web de los mártires del siglo XX en Madrid se puede acceder a la biografía de cada uno de estos 80 laicos y 60 sacerdotes.