En materia de bebidas, las enseñanzas de la Luz Viva que dictó a Hildegarda son sumamente originales: " en invierno ... beba vino y cerveza, y evite el agua si puede, ya que en ese momento las aguas no son saludables por la humedad de la tierra". En líneas generales, si hay que beber, Santa Hildegarda es terminante: Vino, a ser posible peleón, y si no, cerveza y si no, hidromiel. El agua solo en último extremo.

"Beba más en verano que en invierno ... porque el agua bebida daña menos que en invierno. En verano, cuando se está muy caliente por dentro, si tiene salud en el cuerpo beba agua [pero] tibia con moderación y a continuación ande un poco de aquí para allá, para que le caliente el cuerpo. Entonces es más saludable para el cuerpo que si tomara vino ... pero si está enfermo, beba vino mezclado con agua, o cerveza, que le da más fuerzas que si bebiera agua".

Ahora bien "en todo momento, tenga cuidado de no beber en exceso ni en invierno ni en verano porque lo mismo que una lluvia excesiva daña la tierra, el que bebe en exceso vuelve inútil el cuerpo por sus diversos humores ... Si bebe en exceso en la comida, ... los humores rectos se desordenan". Y cuando dice "bebe" no se refiere a las bebidas alcohólicas, sino a cualquier cosa.

Eso sí, sin pasarse: "Que nadie se abstenga demasiado de beber, pues se secaría y le vendría pesadez de mente y cuerpo". Durante la comida "beba un poco y coma otra vez y cuando al comer se seque por el calor otra vez y tenga sed de nuevo, beba otra vez y hágalo así mientras come; porque si no bebiera mientras come ... se volvería torpe de mente y cuerpo, la sangre no elaboraría buen jugo, y no tendría buena digestión ... pues el hombre, que ... se nutre de alimentos variados, tiene mayor necesidad de bebidas al comer que los demás animales que pacen heno y hierba".

El vino: "aumenta la sangre humana más que cualquier otro alimento o cualquier otra bebida [...] sana y contenta al hombre por su grato calor y sus propiedades y buenas cualidades". "El vino es la sangre de la tierra; está en la tierra como la sangre en el hombre, y tiene además cierta afinidad con la sangre del hombre".

Por la noche o recién levantado la recomendación es tajante: nada de agua: Vino y si acaso, cerveza: "Cuando aún tiene sueño, tenga cuidado de no beber al instante, porque induciría enfermedades y excitaría sus humores y su sangre en tempestades injustas. Cuando se despierte, absténgase un tiempo del agua aunque tenga mucha sed, hasta que el sueño se haya ido del todo. Esté sano o enfermo, si tiene sed después de dormir, beba vino o cerveza y no agua, porque el agua dañaría su sangre y sus humores más que favorecerlos." Sospechamos que se trata de evitar que el organismo, todavía adormilado, envíe el líquido a los pulmones

Pero sobre todo, "que ningún hombre beba en ayunas, salvo que tenga alguna enfermedad que le obligue a hacerlo y en tal caso le es más saludable beber vino que agua". La Luz Viva advierte: "si alguien bebe vino en ayunas sin necesidad se convertirá en ansioso de alimentos y bebidas, necio y de seso vacuo".

Por otra parte, "quien tiene fiebres cotidianas que nacen de distintos alimentos, no beba nada en ayunas ... Coma algo primero, para que sus venas se fortalezcan algo con el jugo de los alimentos, y entonces beba vino, que no le hará mal. Si no tuviera vino, cerveza, si no, hidromiel, y si no tiene, cueza agua, déjela enfriar y bébala luego..."
A los gotosos que están baldados les hace esta sorprendente recomendación: "El hombre que sufre parálisis a causa de la gota ... no puede ser moderado en sus gestos y costumbres. Beba entonces vino en ayunas y si no puede, tome cerveza de cebada o de trigo candeal, y si no tiene nada de ésto, que cueza agua con pan, la cuele por un paño y la beba tibia. Hágalo cada día y se relajarán las tormentas de la gota. Si le fallan las fuerzas del cuerpo, beba con moderación lo que se ha dicho en ayunas, y si tiene salud, beba suficiente vino, cerveza o agua cocida con pan en ayunas y la gota se aquietará".

El vino, que sea corrientito y más bien aguado, porque "el vino caro y fuerte seca la fuerza de la vejiga del hombre ... y agita de mala manera las venas y la sangre del hombre ... cosa que no hace el vino peleón que no tiene tanta fuerza ... Por lo cual, quien quiera beber vino fuerte y caro, que lo mezcle con agua para que se debiliten y atemperen un poco su fuerza y calor; y el vino peleón también se ha de rebajar con agua hasta que suavice y mitigue su amargor y acidez; porque ... el vino, sin la mezcla del agua, perjudica y seca al hombre, le disminuye su salud corporal y le aporta delectación carnal".

En fin, a falta de vino, mejor será cerveza que agua: "la cerveza engorda las carnes del hombre y le proporciona buen color de cara gracias a la fuerza y buena jugo de su cereal. En cambio el agua debilita al hombre y si está enfermo lo debilita y le produce algo de livor alrededor de los pulmones, porque el agua es débil y no tiene ninguna virtud fuerte".

Pero claro: "si el hombre está sano, si a veces bebe agua, no le será perjudicial".

José María Sánchez de Toca y Rafael Renedo.

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