Año del Señor 2024
2 de febrero
Buenos días, hoy Matilde nos lleva al Señor. Qué pases un feliz día.
GRACIAS SEÑOR, PORQUE SIEMPRE ME ESCUCHAS
Habíamos terminado la misa y al pasar por el claustro, vi que unas hermanas estaban esperando para confesarse y me dije: “¿Y, por qué no voy a ir yo también a recibir la gracia de Dios?”. Y, esperé mi turno. No tenía programado el confesarme, pero me pareció bien el acercarme a este sacramento.
Es verdad que, no tenía conciencia de faltas graves, pero sí olvidos en la caridad; No vivir en todo, la presencia de Dios y el dedicar más ratos a encontrar el Rostro de Jesús, en la oración de cada día y en mi trabajo. Mi corazón, siempre podía crecer más en deseo y sensibilidad para las cosas del Señor.
Así que, me acerqué al confesionario... Pues ¿qué os diré?, que, salí de allí como renovada, con una alegría espiritual que, sólo puede ser fruto del Espíritu Santo. !Yo, era la misma y no era la misma!… ¡Daba gracias a Dios por el regalo de sus sacramentos y hoy especialmente por éste que, restaura y “pone patas arriba la casa”, transformándola en morada de Dios y no sólo la habitación de mis pensamientos, gustos y deseos...
Pensaba que, Jesús, ha provisto a todas nuestras necesidades para que, poco a poco, “seamos santos como Dios es Santo”.
Y alguno dirá: “!Esas son emociones, y no más!”. Pero, la Palabra de Dios buscada con sencillez y humildad, siempre viene en nuestra ayuda pues, en verdad, somos seres menesterosos, ¡y sobre todo, de Dios!. Dice así su Palabra: “A quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados” y, “Yo no te condeno, anda y no peques más”…
Jesús, siempre nos muestra un deseo grande de acercarse a cada uno y restaurarle la imagen perdida, muchas veces por vivir inconscientemente. Hoy nos invita a volver a llamar a Dios: “¡Padre mío! ¡Dios mío!
Hoy el reto del amor es pedirle al Señor descubrir su amor a través del sacramento de la confesión
VIVE DE CRISTO
¡Feliz día!