Que el PSOE es un partido con profundos sentimientos anticatólicos es un dato fácilmente comprobable con apenas echar una rápida mirada a su centenaria historia (desde su fundador, Pablo Iglesias, pasando por los sectarios dirigentes socialistas de la II República hasta la ‘persecución silenciosa’ más reciente de los ejecutivos de Zapatero, obsesionado con la milenaria historia católica de la sociedad española) Cada vez que el partido socialista se ha vaciado de ideas serias y de líderes con alturas de miras ha renacido en su seno un rancio sentimiento contrario a todo lo que tenga relación con la Iglesia católica, con sus pastores y con su doctrina.
La última ‘huele’ a lo mismo: la dirección socialista ha cursado las instrucciones precisas para que sus grupos municipales debatan en los Plenos de toda España una ‘moción-tipo’ exigiendo -así, en general- el pago del IBI a la Iglesia (como si ésta no lo pagara en lo que la ley le exige) Una vez más, el PSOE echa mano de una antigua técnica: usar los Plenos municipales como caja de resonancia de asuntos cuya resolución no corresponde a los Ayuntamientos sino a instancias superiores (saben de sobra que los Plenos municipales no pueden modificar la Ley de Haciendas Locales, ni la Ley de Bases del Régimen Local, ni la Ley del Mecenazgo y Fundaciones, ni los Acuerdos con la Santa Sede, requisitos previos e indispensables para que pueda prosperar esta propuesta) De nuevo, el PSOE -que ha obviado este asunto durante los casi 8 años que ha estado en el gobierno de la Nación- quiere volver a convertir los Plenos de los Ayuntamientos en caja de resonancia de sus iniciativas, provocando debates sesgados -basados en falsedades y mentiras- que fracturan y enfrentan a los españoles sin que de ello pueda derivarse la efectividad de sus propuestas.
Pero vayamos por partes para desmontar todas las falacias socialistas contenidas (o que ‘se dejan caer’) en la ‘moción-tipo’ presentada en los Ayuntamientos y relacionada con el famoso IBI.
¿La Iglesia no paga el IBI? Claro que lo paga. La Iglesia paga el IBI de todos los inmuebles que no estén exentos por Ley. ¿Y tasas municipales? ¿las paga la Iglesia? Sí, las paga (basuras, vados de garajes, etc.) No hay ninguna exención prevista en la Ley sobre el pago de estas tasas.
¿Es la Iglesia la única institución que, en algunos casos, está exenta del pago del IBI? Desde luego que no. No lo pagan, entre otras, las Fundaciones, las Asociaciones de utilidad pública, las federaciones deportivas, los partidos políticos, los sindicatos, las iglesias evangélicas, las comunidades hebreas y musulmanes. En Madrid, por poner un ejemplo, no pagan el IBI ni el Museo del Prado, ni la SGAE, ni el Palacio de Liria. Este asunto está regulado en la llamada Ley de mecenazgo (ley 49/2002)
Entonces ¿qué sentido tiene que “algunos” en “algunos” casos no paguen el IBI? Se trata de una medida de incentivo fiscal con la que el Estado reconoce las actividades de interés general que realizan muchas instituciones. Es lógico que el Estado promueva e incentive -también fiscalmente- a quienes trabajan a favor del bien común.
Es claro, pues, que la Ley le da la razón a la Iglesia pero muchos podrían preguntarse: en este momento tan duro de crisis ¿no podría la Iglesia hacer un gesto ante la sociedad y renunciar voluntariamente a la exención del IBI? La respuesta sería bien clara; es más, bien visible para todos los españoles: la Iglesia hace gestos reales y diarios en favor de los que más lo necesitan. Muchos Obispos, sacerdotes, religiosos, religiosas y fieles laicos han hecho signos visibles, p. e. reduciéndose el sueldo, y otros muchos lo han hecho y no lo han dicho. En nuestra Diócesis de Osma-Soria, p.e., sólo los sacerdotes, en los últimos 3 años, han entregado a Cáritas más de 15 millones de las antiguas pesetas.
Queda claro, pues, que la Iglesia en España no dispone de un régimen fiscal privilegiado sino que se rige, en su aplicación práctica, por el mismo régimen que se aplica a otras instituciones no lucrativas del país y al resto de confesiones religiosas. Los católicos ni tenemos ni queremos tener privilegios, pero tampoco estamos dispuestos a ser discriminados. Las afirmaciones, pues, relacionadas con los supuestos privilegios fiscales de los que disfrutaría la Iglesia Católica, o aquellas que dicen que vive en un “paraíso fiscal”, o las que afirman que no paga impuestos o que -en estos momentos de recortes y de incremento de la presión tributaria- es la única entidad que no se aprieta el cinturón son absolutamente falsas y nacen de una obsesión anticatólica de muchos dirigentes de izquierdas, con cabezas vacías de ideas serias y con corazones llenos de injustificados odios.
¿Paga la Iglesia impuestos? Sí ¿Paga el IBI? Sí, de aquellas propiedades sobre las que debe pagarlo. ¿Es la única exenta del pago en algunos casos? No, también lo están, p. e., el PSOE, la UGT o la Fundación ‘Ideas’. ¿Por qué esta exención? Porque, en primer lugar, no se obtiene un beneficio o lucro de las propiedades sobre las que no se paga y, en segundo lugar, por el beneficio (¡en estos años tan clamoroso!) que la Iglesia reporta a la sociedad en todos los órdenes: como comunidad religiosa, sí, pero también como la mayor ONG del país.
A la vista de lo dicho, la legítima pregunta que cabe hacerse es: ¿entonces por qué tanta gente piensa que se trata de un privilegio de la Iglesia? ¿Por qué no se cuestiona que deben pagar el IBI, por poner dos ejemplos, CCOO o la Federación Española de Fútbol? La manipulación de la opinión pública por parte de la izquierda en este país, que cala como lluvia fina, lleva a creer a mucha gente que la Iglesia católica es la única que no paga el IBI y que además no paga ninguna clase de impuestos.
La Iglesia ni tiene ni quiere tener privilegios pero tampoco quiere ser discriminada. Desgastar la imagen pública de una de las instituciones que más está haciendo por la gente que peor lo está pasando en la crisis sólo puede responder a intereses que nada tienen que ver con el bien común. Afortunadamente, esa piel social que es la opinión pública (y la opinión publicada en los medios) no siempre va de la mano con los datos reales. Cada vez más gente llama a las puertas de la Iglesia para comer; pero también, gracias a Dios, cada vez son más los que ayudan a sostener esa puerta, a pintarla, a arreglar las cerraduras y a mantenerla abierta.
La moción-tipo presentada en estos días por el PSOE pareciera llamada a quitar el pan que da la Iglesia a los que ellos han dejado sin el pan de cada día por su deleznable política económica.
¿Por qué empeñarse en pedir para los demás -que paguen el IBI exento- lo que ellos no están dispuestos a hacer? ¡Prediquen con el ejemplo, señores del partido socialista! Es bueno que se sepa que Cáritas recibe del Estado, anualmente, 20 millones de euros; mientras, el PSOE recibe 34 millones y los sindicatos, por poner otro ejemplo, más de 300 millones de euros. ¿Por qué no renuncian a ese dinero a favor de los comedores de Cáritas? No he visto (ni creo que mis ojos jamás lo verán) una Casa del pueblo con un cartel en su puerta que diga ‘Hoy, merienda gratis’. Sí he visto cientos y cientos de personas a la puerta de la Iglesia, de las iglesias, de sus ONGD, etc. recibiendo auxilio espiritual y material; recibiendo sonrisas, ánimos, esperanza, comida, ropa, ayuda para alquileres, educación, asesoría legal, etc.
La Iglesia, como siempre ha hecho, está donde ha estado desde su nacimiento: confortando, consolando y asistiendo a los que no tienen nada, ni siquiera esperanza de vivir.
La última ‘huele’ a lo mismo: la dirección socialista ha cursado las instrucciones precisas para que sus grupos municipales debatan en los Plenos de toda España una ‘moción-tipo’ exigiendo -así, en general- el pago del IBI a la Iglesia (como si ésta no lo pagara en lo que la ley le exige) Una vez más, el PSOE echa mano de una antigua técnica: usar los Plenos municipales como caja de resonancia de asuntos cuya resolución no corresponde a los Ayuntamientos sino a instancias superiores (saben de sobra que los Plenos municipales no pueden modificar la Ley de Haciendas Locales, ni la Ley de Bases del Régimen Local, ni la Ley del Mecenazgo y Fundaciones, ni los Acuerdos con la Santa Sede, requisitos previos e indispensables para que pueda prosperar esta propuesta) De nuevo, el PSOE -que ha obviado este asunto durante los casi 8 años que ha estado en el gobierno de la Nación- quiere volver a convertir los Plenos de los Ayuntamientos en caja de resonancia de sus iniciativas, provocando debates sesgados -basados en falsedades y mentiras- que fracturan y enfrentan a los españoles sin que de ello pueda derivarse la efectividad de sus propuestas.
Pero vayamos por partes para desmontar todas las falacias socialistas contenidas (o que ‘se dejan caer’) en la ‘moción-tipo’ presentada en los Ayuntamientos y relacionada con el famoso IBI.
¿La Iglesia no paga el IBI? Claro que lo paga. La Iglesia paga el IBI de todos los inmuebles que no estén exentos por Ley. ¿Y tasas municipales? ¿las paga la Iglesia? Sí, las paga (basuras, vados de garajes, etc.) No hay ninguna exención prevista en la Ley sobre el pago de estas tasas.
¿Es la Iglesia la única institución que, en algunos casos, está exenta del pago del IBI? Desde luego que no. No lo pagan, entre otras, las Fundaciones, las Asociaciones de utilidad pública, las federaciones deportivas, los partidos políticos, los sindicatos, las iglesias evangélicas, las comunidades hebreas y musulmanes. En Madrid, por poner un ejemplo, no pagan el IBI ni el Museo del Prado, ni la SGAE, ni el Palacio de Liria. Este asunto está regulado en la llamada Ley de mecenazgo (ley 49/2002)
Entonces ¿qué sentido tiene que “algunos” en “algunos” casos no paguen el IBI? Se trata de una medida de incentivo fiscal con la que el Estado reconoce las actividades de interés general que realizan muchas instituciones. Es lógico que el Estado promueva e incentive -también fiscalmente- a quienes trabajan a favor del bien común.
Es claro, pues, que la Ley le da la razón a la Iglesia pero muchos podrían preguntarse: en este momento tan duro de crisis ¿no podría la Iglesia hacer un gesto ante la sociedad y renunciar voluntariamente a la exención del IBI? La respuesta sería bien clara; es más, bien visible para todos los españoles: la Iglesia hace gestos reales y diarios en favor de los que más lo necesitan. Muchos Obispos, sacerdotes, religiosos, religiosas y fieles laicos han hecho signos visibles, p. e. reduciéndose el sueldo, y otros muchos lo han hecho y no lo han dicho. En nuestra Diócesis de Osma-Soria, p.e., sólo los sacerdotes, en los últimos 3 años, han entregado a Cáritas más de 15 millones de las antiguas pesetas.
Queda claro, pues, que la Iglesia en España no dispone de un régimen fiscal privilegiado sino que se rige, en su aplicación práctica, por el mismo régimen que se aplica a otras instituciones no lucrativas del país y al resto de confesiones religiosas. Los católicos ni tenemos ni queremos tener privilegios, pero tampoco estamos dispuestos a ser discriminados. Las afirmaciones, pues, relacionadas con los supuestos privilegios fiscales de los que disfrutaría la Iglesia Católica, o aquellas que dicen que vive en un “paraíso fiscal”, o las que afirman que no paga impuestos o que -en estos momentos de recortes y de incremento de la presión tributaria- es la única entidad que no se aprieta el cinturón son absolutamente falsas y nacen de una obsesión anticatólica de muchos dirigentes de izquierdas, con cabezas vacías de ideas serias y con corazones llenos de injustificados odios.
¿Paga la Iglesia impuestos? Sí ¿Paga el IBI? Sí, de aquellas propiedades sobre las que debe pagarlo. ¿Es la única exenta del pago en algunos casos? No, también lo están, p. e., el PSOE, la UGT o la Fundación ‘Ideas’. ¿Por qué esta exención? Porque, en primer lugar, no se obtiene un beneficio o lucro de las propiedades sobre las que no se paga y, en segundo lugar, por el beneficio (¡en estos años tan clamoroso!) que la Iglesia reporta a la sociedad en todos los órdenes: como comunidad religiosa, sí, pero también como la mayor ONG del país.
A la vista de lo dicho, la legítima pregunta que cabe hacerse es: ¿entonces por qué tanta gente piensa que se trata de un privilegio de la Iglesia? ¿Por qué no se cuestiona que deben pagar el IBI, por poner dos ejemplos, CCOO o la Federación Española de Fútbol? La manipulación de la opinión pública por parte de la izquierda en este país, que cala como lluvia fina, lleva a creer a mucha gente que la Iglesia católica es la única que no paga el IBI y que además no paga ninguna clase de impuestos.
La Iglesia ni tiene ni quiere tener privilegios pero tampoco quiere ser discriminada. Desgastar la imagen pública de una de las instituciones que más está haciendo por la gente que peor lo está pasando en la crisis sólo puede responder a intereses que nada tienen que ver con el bien común. Afortunadamente, esa piel social que es la opinión pública (y la opinión publicada en los medios) no siempre va de la mano con los datos reales. Cada vez más gente llama a las puertas de la Iglesia para comer; pero también, gracias a Dios, cada vez son más los que ayudan a sostener esa puerta, a pintarla, a arreglar las cerraduras y a mantenerla abierta.
La moción-tipo presentada en estos días por el PSOE pareciera llamada a quitar el pan que da la Iglesia a los que ellos han dejado sin el pan de cada día por su deleznable política económica.
¿Por qué empeñarse en pedir para los demás -que paguen el IBI exento- lo que ellos no están dispuestos a hacer? ¡Prediquen con el ejemplo, señores del partido socialista! Es bueno que se sepa que Cáritas recibe del Estado, anualmente, 20 millones de euros; mientras, el PSOE recibe 34 millones y los sindicatos, por poner otro ejemplo, más de 300 millones de euros. ¿Por qué no renuncian a ese dinero a favor de los comedores de Cáritas? No he visto (ni creo que mis ojos jamás lo verán) una Casa del pueblo con un cartel en su puerta que diga ‘Hoy, merienda gratis’. Sí he visto cientos y cientos de personas a la puerta de la Iglesia, de las iglesias, de sus ONGD, etc. recibiendo auxilio espiritual y material; recibiendo sonrisas, ánimos, esperanza, comida, ropa, ayuda para alquileres, educación, asesoría legal, etc.
La Iglesia, como siempre ha hecho, está donde ha estado desde su nacimiento: confortando, consolando y asistiendo a los que no tienen nada, ni siquiera esperanza de vivir.