Hoy está de moda lo de usar y tirar.
Se hace con los pañuelos de papel, los vasos de plástico, etc.
Hasta cosas de valor gusta renovarlas por otras más modernas: automóviles, lavadoras, etc.
Y puede entrar la tentación de hacer lo mismo con los valores: “Eso era antes. Ahora las cosas han cambiado”.
Los valores auténticos son permanentes, eternos.
No dependen de las apreciaciones personales de cada uno.
Despreciarlos sería un retroceso cultural.
Si no queremos volver a la selva tenemos que conservar los valores de: verdad, honradez, fidelidad, servicialidad, justicia, generosidad, limpieza de conciencia, aceptación de Dios, etc.
Todos estos valores son propios del catolicismo, pero son aceptados por el mundo entero.
JORGE LORING, S.I.
jorgeloring@gmail.com
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