Un sondeo para CBS y The New York Times revela que en estos momentos, el candidato republicano Mitt Romney aventaja al del Partido Demócrata y actual Presidente de los Estados Unidos, Barack Obama en un porcentaje menos pequeño de lo que se está afirmando, pues goza de un apoyo del 46% frente al 43% del demócrata.
No menos indicativo resulta la tendencia de la encuesta, pues si en marzo la misma encuesta señalaba, en un resultado prácticamente invertido al que se presentaba ayer, que el vencedor de las elecciones presidenciales sería Obama con un 47% frente al 44% del republicano, en abril ese resultado registraba ya un empate técnico entre los dos candidatos.
Aunque no es aquél al que los electores valoren más, los matrimonios entre personas del mismo sexo se presenta como el cuarto tema que más importa a los votantes, suscitando el interés de un 7% de ellos. Con no ser mucho, no deja de ser significativo que provoque mayor interés que, por ejemplo, la política exterior (un 4%), o la inmigración (un 2%), temas tradicionales en el debate político norteamericano, y no son pocos los analistas que sostienen que podría estar detrás de la caída de Obama en las encuestas.
El resultado es particularmente interesante por cuanto que Romney parte con un 2% de desventaja inicial o estructural respecto de Barack Obama. Se preguntará Vd. por qué. Y es que un 22% de los norteamericanos declaraba en una encuesta Gallup que nunca votaría a un mormón como presidente, un porcentaje insuperable para ganar unas elecciones presidenciales norteamericanas de no ser porque un 90% de los norteamericanos desconoce la filiación religiosa de Romney. Lo que hace previsible que si Obama ve peligrar su campaña, busque la manera de centrarla en la condición mormona de su oponente, aún a riesgo de hacer saltar uno de los grandes pilares de la política norteamericana, el tradicional respeto que se practica en el país hacia la condición religiosa de sus ciudadanos, una de las claves de la longevidad del sistema democrático de uno de los países del mundo con mayor diversidad religiosa, el cual ha hecho de la libertad religiosa y del respeto interreligioso, una de las claves de su convivencia, en lo que constituye un verdadero modelo a exportar.
Ni que decir tiene que si Romney ganara las elecciones, sería el primer presidente mormón de la historia norteamericana, sucediendo así en el cargo al que ha sido el primer presidente negro, y también al primero cuyo padre era musulmán (en algún momento, la hipotética condición musulmana de Barack dio también mucho que hablar).
Lo que demuestra que no hay tabú religioso que no pueda ser superado en ese país increíble, un verdadero casus rarus de la escena internacional, que tantas cosas tiene que enseñar al mundo: la primera de ellas cómo, efectivamente, la convivencia interreligiosa no es una quimera y por el contrario, es perfectamente posible.
©L.A.
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