Año del Señor 2019
23 de octubre
Hola, buenos días, hoy Joane nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
“TIC, TOC, TIC, TOC...”
Abrí un ojo, abrí el otro... Eran las dos de la mañana, y por la celda se oía un “tic, toc” de reloj. Intentaba conciliar el sueño de nuevo, pero no me dejaba el continuo sonido proveniente de alguna parte de mi celda. Opté por levantarme y buscar. Normalmente no llevo reloj, así que no había nada encima de ningún mueble: la mesa, la estantería... nada, pero el “tic, toc” seguía sonando sin parar.
Afiné el oído y fui poniendo la oreja en el armario, en el cajón de la mesa de escritorio... hasta que por fin encontré un reloj que hacía tiempo había escondido por este mismo motivo, pensando que no se volvería a escuchar desde el cajón.
“Tic, toc, tic, toc...” A veces me ocurre lo mismo con las cosas que me vienen a la cabeza: intento acallarlas, esconderlas, pero su sonido vuelve una y otra vez. Un problema, un recuerdo, culpabilidad, dificultad... “tic, toc”.
Jesús nos invita a levantarnos cuando oigamos ese “tic, toc”, pero no solos, sino dándole la mano para buscar ese reloj que escondimos en su momento, que nos cuesta escuchar o queremos evitar y, sin embargo, sigue ahí: “tic,toc”.
Solo cuando lo saques a la luz y le quites las pilas verás que dejará de sonar. Esto es lo que hace Jesús con nuestra vida; entra en ella para ordenarlo todo: donde hay heridas, las cura; donde hay vida, la potencia... Cristo te da todo y no te quita nada. Él quiere tu felicidad, y, para ello, necesita que le des la mano.
Hoy el reto del amor es que, cuando mires al reloj, sonrías al recordar que Jesús te ama y está a tu lado.
VIVE DE CRISTO
¡Feliz día!
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