El fundamento del sistema democrático es el sufragio universal. Son los ciudadanos mayores de edad los que, con su voto, eligen a los gobernantes, apoyando una persona, un partido y un programa político. La justificación de tal modo de hacer política es la siguiente: el conjunto de los ciudadanos, todos y cada uno, tiene derecho a participar en la vida política y a decidir lo que quieren para su nación. Se supone que tienen la capacidad para discernir lo que es bueno o malo, que pueden darse cuenta de quien gobierna bien o mal; y como consecuencia pueden rechazar y quitar el poder al que lo está haciendo mal, y dar su confianza al que demuestra que sabe llevar adelante una nación. Un millón de ojos ven más que diez, cien mil cabezas pueden juzgar mejor que una sola. Se puede engañar a algunos poco tiempo, pero es difícil engañar a muchos durante mucho tiempo, es muy difícil engañar a todos todo el tiempo.
Parece muy fácil y lógico, pero para que lo anterior se cumpla son totalmente necesarias algunas premisas: los ciudadanos deben tener una buena educación, ser responsables y honestos, conocer la historia, al menos la reciente; conocer cómo funciona el mundo, la política, la misma democracia; tener cierta cultura. No basta el sentido común, simplemente porque no suele ser “muy común”. A la vez es necesaria una buena información sobre lo que pasa, sobre los problemas de la sociedad, un verdadero pluralismo de ideas. ¿Cómo elegir entre diez opciones si sólo conozco dos? En tercer lugar es necesario que el poder se maneje con transparencia, sin tapujos, sin demagogias y manipulaciones.
¿Por qué está en crisis la democracia? Porque vivimos una crisis educativa terrible y las nuevas generaciones no están recibiendo las herramientas para poder discernir qué es un gobierno malo o un gobierno bueno; porque en la era de la comunicación estamos muy mal informados, porque las noticias son sesgadas por motivos ideológicos, y sólo sabemos lo que los medios quieren que sepamos. Al mismo tiempo los políticos en muchos países están tomando el control de los medios y convirtiéndolos en armas políticas; porque después del fracaso de las ideologías totalitarias comunista y nazi, estamos viviendo el nacimiento de nuevas ideologías vestidas de “democracia” que se imponen, marginando a todo el que quiera pensar de modo distinto.
¿Por qué hay crisis económica? Porque muchos políticos en el poder no se esfuerzan en promover el desarrollo de su país, sino en imponer su ideología moral, su “nueva” moral y su “nuevo” orden social. Trabajan para conservar el poder y enriquecerse, no para el bien de la nación. Una vez cambiada la mentalidad de la gente reciben el apoyo incondicional y acrítico de la mayoría. La gente vota sin conocer el programa político, sin pararse a reflexionar, sin juzgar los hechos. Simplemente se vota por motivos ideológicos y no buscando el bien común sino el individual: mi comodidad, mi capricho. “Pan y circo” y que el Cesar de turno haga lo que le dé la gana.