Podemos resumir lo tratado en este encuentro a través de algunos pasajes del discurso de apertura realizado por Mons Lorenzo Leuzzi.
"La nueva evangelización no puede agotarse, so pena de su inmediata esterilidad, en una renovada programación pastoral, aunque sea animada por experiencias espirituales y de misión elevadas, sino que quiere alcanzar en profundidad la nueva situación histórico-cultural del continente, entonces es esencial una nueva relación con el mundo de la cultura universitaria. Si en el pasado en el mundo universitario la fe cristiana fue capaz de orientar la investigación cultural, hoy en la Universidad donde la fe cristiana debe empeñarse en comprender las dinámicas socioculturales y a testimoniar que el evento de la Encarnación y de la Resurrección han realmente encontrado la historia y son fuentes de su interpretación y de orientación".
Mons Leuzzi señaló dos condiciones a tener en cuenta: "para responder a las expectativas de la nueva evangelización es necesario sobre todo el relanzamiento de la reflexión teológica. La pastoral, también la que comúnmente es llama ´ordinaria´, no puede prescindir de la reflexión teológica que la sostiene y la declina en las diversas experiencias de evangelización".
La segunda "es aquella, ya subraya por Juan Pablo II, relativa a la viva preocupación de la formación de la clase dirigente de un país. En esta opción se revela la convicción de la entera comunidad cristiana de que el Evangelio es todavía capaz de orientar la historia, o mejor aún, que la Iglesia es capaz de ejercer aquella diaconía que, como recuerda Benedicto XVI, es necesaria para el futuro de la humanidad".
Todo lo dicho "exige de modo improrrogable la promoción de la pastoral universitaria en todas las Iglesias locales, especialmente en aquellas con sedes universitarias".
¿Qué sucede con la Pastoral Universitaria? Desde mi punto de vista es una de los desafíos más importantes a abordar en los próximos años. La pastoral universitaria tiene mucho más de evangelización de la cultura que de pastoral de mantenimiento. Es evidente que los alumnos no permanecen en la universidad, sino que pasan por ella con una carga de estudios muy considerable. Su tiempo vale oro y no es fácil encontrar a muchos dispuestos a utilizarlo en una pastoral de mantenimiento que pueden recibir en sus parroquias o grupos católicos. ¿Qué labor tiene entonces la Pastoral Universitaria?
Tal como indica Mons Leuzzi, para al Iglesia “es esencial una nueva relación con el mundo de la cultura universitaria” y es necesario hacerlo para responder a las expectativas de la Nueva Evangelización. La Pastoral Universitaria tiene el reto de hacer presente a Cristo y la Iglesia en el ámbito de la cultura. La pregunta del millón es ¿Cómo hacemos posible esto en las universidades? En las universidades católicas es relativamente fácil la labor de la Pastoral, pero en las públicas existe un muro que a veces parece infranqueable. Pero ¿Realmente es tan infranqueable la ciudadela?
No niego que sea difícil la labor pastoral en las universidades públicas, aunque desde mi perspectiva, creo que se desaprovechan muchas oportunidades. La perdida de oportunidades se puede excusar en el desconocimiento de la dinámica interna de la universidad. Pero este desconocimiento se podría minimizar si se contara con los docentes e investigadores católicos presentes en todas las universidades. Las Iglesias locales podrían tener un contacto más cercano con los docentes y a través de ellos, conocer y aprovechar las oportunidades que se presenten.
Ante la aparente apatía de la Iglesia local, de vez en cuando aparecen Llaneros Solitarios” que intentan, por si solos, hacer una labor que les excede. ¿Es este el modelo de Evangelización de la cultura que deseamos? Los Llaneros solitarios pueden conseguir algún éxito, pero con el tiempo se les desactiva y su fracaso recae también sobre la Iglesia. Creo que sería una estupenda iniciativa dejar el modelo de Llanero Solitario aparcado y pensar en términos de una comunidad que asume un reto, en comunión con la Iglesia local. ¿Reto? ¿Qué reto?
El reto que Benedicto XVI ha formulado para este año de la Fe y se puede leer en la Carta Porta Fidei y en las indicaciones pastorales para el Año de la fe.
“Se espera la participación del mundo académico y de la cultura en un diálogo renovado y creativo entre fe y razón, a través de simposios, congresos y jornadas de estudio, especialmente en las universidades católicas [pero no en exclusiva], que muestren «cómo entre la fe y la verdadera ciencia no puede haber conflicto alguno, porque ambas, aunque por caminos distintos, tienden a la verdad»”
Este próximo año de la fe es un periodo especialmente propicio para que la Pastoral Universitaria deje el reducto seguro del mantenimiento, para convertirse en una fuerza dinamizadora de la Nueva Evangelización de la cultura. Tal vez pida mucho, pero esta es mi Esperanza.