Lo explica el gran, en todos los sentidos, Mark Shea. Es la última trampa de unos medios de comunicación de los que lo mínimo que puede decirse es que son poco escrupulosos.
Paso 1: Se organiza un debate entre el publicista Richard Dawkins y un importante prelado católico (en este caso el cardenal australiano George Pell).
Paso 2: Dawkins acusa a los judíos del Antiguo Testamento de ser una pequeña tribu de salvajes ignorantes y brutos muy alejados de los estándares morales del siglo XXI.
Paso 3: El prelado católico concede que los judíos del Antiguo Testamento eran una pequeña nación, que a menudo se comportaban de forma brutal y que ignoraban todo el conocimiento que se ha ido elaborando a lo largo de los últimos 5.000 años.
Paso 4: La prensa titula: “Importante prelado católico afirma que los judíos son intelectual y moralmente inferiores”
Con unos medios de comunicación así, que son los que por desgracia abundan, lo del debate entre creyentes y ateos es una quimera. Y lo increíble es que hay gente que pica y se lo traga. Increíble pero cierto.