Agradecemos y alabamos al Eterno por nuestra liberación,
el paso de la servidumbre a la libertad,
de la tristeza, dolor, y agonía a la alegría,
del duelo a la festividad, de la oscuridad a la luz, y de la esclavitud a la redención,
entonemos un cántico nuevo: ¡Haleluyá, Alabad al Eterno!
Jag Sameaj Pesaj