“Y dicen [los gnósticos en cuestión] que Judas el traidor conoció estas cosas [los pormenores relativos a la misión de Jesús] y que solamente por haber conocido antes que los otros la verdad, consumó el misterio de la traición”.
En parecidos términos se refiere San Epifanio (n.h.438-m.h.496):
“Y afirman que por esta razón, conoció Judas exactamente lo relacionado con estas cosas. Pretenden también que es pariente suyo [de Jesús] y le sitúan en el grado superior de la gnosis, hasta el punto que presentan un opusculillo bajo su nombre, al que titulan Evangelio de Judas”
“Tú excederás a todos, pues tú sacrificarás al hombre del que estoy revestido”.
“Tu serás el decimotercero, y serás maldito por generaciones [pero a pesar de ello], vendrás para reinar sobre ellos”.
Curiosamente, también el Corán parece reservar unas líneas para el apóstol traidor. No, desde luego, citándole de manera explícita ni por su nombre, pero sí en modo muy sutil. Primero relata su versión sobre los hechos que en el cristianismo dan lugar a la eucaristía:
“Cuando dijeron los apóstoles: “¡Jesús, hijo de María! ¿puede tu Señor hacer que nos baje del cielo una mesa servida?” Dijo: “Temed a Dios si sois creyentes”.
Dijeron: “Queremos comer de ella. Así nuestros corazones se tranquilizarán, sabremos que nos has hablado verdad y podremos ser testigos de ella”.
Dijo Jesús, hijo de María: “¡Dios y Señor nuestro! Haz que nos baje del cielo una mesa servida que sea para nosotros, el primero como el último, motivo de regocijo y signo venido de Ti. ¡Provéenos del sustento necesario, Tú que eres el mejor de los proveedores!”” (C. 5, 112114)
Después añade:
“Dijo Dios: “Sí, voy a hacer que os baje. Pero si uno de vosotros, después de eso no cree, le castigaré como no he castigado a nadie en el mundo”” (C. 5, 115).
¿En quién está pensando Allah? Suponiendo que efectivamente el relato se refiere a la eucaristía, no puede ser a otro que a Judas, lo que por otro lado, confirma el hecho de que casi usa para referirse a él, las mismas palabras que Jesús en el Evangelio:
“¡Pero ay de aquél por quien el Hijo del Hombre es entregado! ¡Más le valdría a ese hombre no haber nacido!” (Mc. 16, 21).
De aceptarse como cierta la hipótesis, Judas sería, paradójicamente, el único apóstol singularmente citado en el Corán, aunque sea de una manera tan tangencial e implícita como la referida. Y ello implicaría asimismo, que Allah le ha castigado, por traicionar a Jesús, como no ha castigado a nadie en el mundo. Si bien, ¡quién sabe si con tanto colorido como los cristianos han imaginado el castigo del traidor, referido en mil y una narraciones de todos los tiempos! A modo de muestra, valga simplemente la que recoge un texto cristiano del s. IX, el Viaje de San Barandán, monje que en su peregrinar, acaba topando con Judas, el cual le relata su infernal semana:
“El lunes me clavan a una rueda y giro como el viento; el martes me cargan de piedras encima; el miércoles me sumergen en pez, me traspasan como un espetón y me asan; el jueves me arrojan a un abismo en el que quedo congelado; el viernes me despellejan, me salan y me atiborran de plomo y cobre fundido; el sábado me arrojan en un calabozo infecto y hediondo. Y el domingo lo paso aquí, refrescándome”.
Lo que por otro lado, nos da cuenta de la santidad del día santo de la semana cristiana, el domingo, que hasta el infierno cierra por descanso. ¡Y eso que se trata nada menos que de Judas!
©L.A.
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