El titular de este artículo resume una obviedad católica.
Durante este pontificado se han dicho barbaridades de todo tipo a favor y en contra del Santo Padre Francisco. Y se siguen diciendo.
Me molestan mucho más las de pastores, obispos y cardenales, digamos, "tradicionalistas".
(Las de los infiltrados masones, homosexualistas, feministas y comunistas son tan burdas que huelen a azufre).
Francisco, cualquier Papa, es Noé.
Noé borracho y desnudo. Noé que desvaría y se duerme. Noé fuera de sí, literalmente.
La caridad nos urge entonces a cubrir las vergüenzas de Noe, del Papa. Nada más. Y nada menos. Porque Noé, borracho o no, ido o desvariando, sigue siendo el Patriarca. Recordemos la escena:
"Noé fue agricultor y plantó una viña.
21.Bebió de su vino, se emborrachó y se quedó desnudo en el interior de la tienda.
22.Cam, padre de Canaán, vio la desnudez de su padre y corrió afuera a decírselo a sus hermanos.
23.Sem y Jafet tomaron un manto, se lo echaron sobre la espalda y, yendo hacia atrás, vuelto el rostro, cubrieron, sin verla, la desnudez de su padre."
No puedo ser más claro y, a partir de aquí, allá cada cual con su conciencia y sus declaraciones, por lo general tan carentes de humildad como de obediencia.
Y, además, para los ciegos y guías de ciegos -de un lado y de otro- añado:
"En aquel tiempo, Jesús habló a la gente y a sus discípulos, diciendo: «En la cátedra de Moisés se han sentado los escribas y los fariseos: haced y cumplid lo que os digan; pero no hagáis lo que ellos hacen, porque ellos no hacen lo que dicen."
Vale decir, no hagáis las tonterías que se han hecho en este Pontificado, pero cumplid con la Ley (de la Santa Iglesia Católica, Apostólica y Romana).
Paz y Bien.
Y pongan orden en su propia casa antes de barrer la del vecino, sin conocerla.