Salir a la calle a pelear con un enemigo, es natural.
Lo malo es cuando ese enemigo está dentro de casa.

Que la Iglesia Católica sea atacada por los ateos, es de esperar.

Pero ver esos ataques desde las filas católicas, es muy triste.

Los ataques de los ateos pueden ser sinceros, pues rechazan lo que no entienden por falta de información.
Aunque es llamativa esa obsesión en atacar a un Dios, que según ellos no existe.

Si no existe, ¿por qué les preocupa tanto?
A mí no me preocupa un ser que no existe.

Pero es muy doloroso ver ataques a la Iglesia desde las filas católicas: de los de casa.

Yo no pretendo que todo en la Iglesia Católica sea perfecto, porque los hombres que la formamos somos limitados (nos equivocamos) y pecadores (a veces obramos mal).

Pero un buen hijo que ve defectos en su madre, procura corregirlos dentro de casa y no los difunde en la calle.
Dentro de la Iglesia hay canales para informar de lo que se debe mejorar.

Lo que no entiendo es que haya católicos que airean en la calle los defectos de su MADRE, LA IGLESIA CATÓLICA.

JORGE LORING, S.I.
jorgeloring@gmail.com
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