Alejo Fernández Pérez, ese gran apóstol que escribe desde Mérida (Badajoz) ha escrito, con este título, un artículo que me parece de sentido común.

Habla, naturalmente, de obedecer las leyes justas; porque “hay que obedecer a Dios antes que a los hombres”.

En toda organización, el que no quiere obedecer las reglas, o se va o se le echa.

Lo mismo en la Iglesia Católica.

El que no le gusta lo que manda el Papa tiene más de treinta mil sectas, fundadas por hombres, donde escoger.

Lo absurdo es querer ser católico “por libre”.

“Soy católico, pero no quiero obedecer”.

¿No se ha enterado de lo que dice Cristo a San Pedro?: “lo que ates en la Tierra, yo lo ato en e cielo”.

Otra cosa es, como dice San Ignacio, informar al Superior de nuestro punto de vista. Pero después cumplir lo mandado.

Y esta información hacerla en privado.

Resulta inaceptable que se publiquen opiniones de lo que el Papa debe hacer.

El Papa está muy bien asesorado, y además tiene la inspiración de Dios.

Es lógico que Dios inspire a quien ha puesto en el timón de la nave de la Iglesia, y no a un marinero de cubierta.

Creer que sabemos más que el Papa huele a soberbia.

JORGE LORING, S.I.
jorgeloring@gmail.com
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