«Marchemos francamente, y yo el primero, por la senda constitucional»
(Fernando VII en su Manifiesto del Rey, de 10 de Marzo, a la Nación Española imponiendo la Constitución del 12)
«Al sancionar la Constitución y mandar a todos que la cumplan, expreso ante el pueblo español, titular de la soberanía nacional, mi decidida voluntad de acatarla y servirla»
(Juan Carlos I en su Discurso de promulgación de la Constitución Española de 1978 de 27 de Diciembre)
Ambos monarcas, de forma análoga, apostaron por constituciones liberales que relegaban el catolicismo social y legal que imperaba antes de ambas y postergaban a la Iglesia.
Para ello superaron otros compromisos, pensando que así aseguraban su posición, que habían visto peligrar en sus padres