Cada vez que he tenido ocasión de moverme por nuestra piel de toro para acudir a las beatificaciones de nuestros mártires me he encontrado con agradables sorpresas. Placas, a veces enormes sobre todo por el gran número de sacerdotes que deben recoger, recordando las gestas de los cientos y cientos de sacerdotes diocesanos asesinado in odium fidei de 1934 a 1939.
EN EL SEMINARIO DE SAN JULIÁN DE CUENCA
La última en el Salón de Actos del Seminario de San Julián de Cuenca. Los nombres de los mártires eran, en justicia, los que verdaderamente presidían el acto de clausura de la fase diocesana del proceso de 87 mártires de la persecución religiosa, cuyos expediente en breve serán trasladados a Roma para unirse a los de la Causa Toletana que ya están en la Congregación para las Causas de los Santos.
Esta de Cuenca se colocó en 1951. Lleva coronando los nombres la famosa frase de San Cipriano en latín: Pretiosa mors est, quae emit immortalitatem pretio sui sanguinis [preciosa es la muerte, que compra la inmortalidad al precio de su sangre. La cita pertenece a una carta que el Obispo de Cartago dirige a los confesores y mártires, es una clara exhortación y admiración hacia todos aquellos que han confesado la fe en Cristo].
120 nombres encabezados por el del beato Cruz Laplana Laguna, obispo de Cuenca.
EN EL TRASCORO DE LA CATEDRAL-MEZQUITA DE CÓRDOBA
Hace unos meses, cuando tuvieron lugar las beatificaciones en Córdoba, en el trascoro pude fotografiar estas otras. A izquierda y derecha, con la inscripción: Sacerdotes diocesanos que dieron su vida por Cristo en la persecución religiosa 1936-1939. Aquí son 86, los nombres grabados sobre las lápidas.
EN LA SACRISTIÁ DE LA CATEDRAL DE TORTOSA
El obispado de Tortosa tiene un origen muy antiguo, el primer obispo documentado es Ursus, que asistió al concilio de Tarragona del año 516. El obispo Berenguer de Prats (1316-1340) fue el impulsor de la catedral gótica, obra que comenzó en 1346. Menos conocida pues, sin embargo, en su Catedral se conserva esta hermosa lápida. Enorme, porque enorme fue el sacrificio de su clero... ¡¡¡295 sacerdotes!!!
El 3 de noviembre de 1939, ocho meses después ya estaba colocada estaba lápida. Abajo se lee que el Excmo. y Rvdmo. Sr. Obispo, el Excmo. Cabildo Catedral y el Rvdo. Clero Parroquial de la diócesis de Tortosa [dedican este memorial] a sus hermanos sacerdotes asesinados por odio a Cristo en la persecución religiosa de 1936 a 1939.
Arriba se lee u versículo del salmo 79, versículo 3: Effuderunt sanguinem servorum tuorum [ipsorum] tamquam aquam in circuitu Jerusalem ["Han derramado como agua la sangre de tus siervos en torno a Jerusalén].