Ayer, sábado, asistí como responsable diocesano de Comunión y Liberación, en Toledo, a la Jornada de Formación sobre el Itinerario de Formación Cristiana para Adultos (IFCA), convocada en la Casa Sacerdotal de la ciudad y presentada por el Vicario General y el Episcopal del Área pastoral de Apostolado Seglar, además del presidente diocesano de Acción Católica General.
Fuimos en torno a cincuenta o sesenta personas de diversos grupos y asociaciones de la Iglesia en Toledo, sobre todo de Acción Católica.
El objetivo fue presentar de nuevo, como ya se ha hecho este año en muchas diócesis, y en otras ediciones desde el año 2008, este plan formativo de catequesis de adultos, muy completo y atractivo, que consta de cien temas, del que ya se han publicado dieciocho en tres volúmenes, acerca de la Palabra de Dios. Los títulos de los ya editados son: “Revelación y Kerigma”, “Historia de la Salvación y Sagrada Escritura” e “Historia de la Iglesia en la Historia de la Salvacion”.
Con un formato sencillo, concreto y práctico, buscando el crecimiento y maduración en la fe a través del compromiso en la acción tanto individual como grupal, Mons. Elías Yanes como guía y un grupo numeroso de personas (obispos, catequetas, biblistas, profesores de Teología, pastoralistas, consiliarios y militantes de Acción Católica) han diseñado una serie de temas como instrumento de ayuda e impulso para la vivencia, el acompañamiento y trasmisión del Evangelio procurando ante todo el encuentro con Jesucristo vivo, que está en el centro de la circunstancia de cada persona.
Concretar de ese modo, en clave comunitaria, a qué conduce ser cristiano en el corazón del mundo aquí, hoy y ahora, exige un esfuerzo, asequible, que conlleva sacrificios, pero que se aceptan de buen grado cuando uno acepta, vive y valora que Jesucristo es salvación para todos los hombres de hoy. Es fundamental encontrarse con Él para afrontar y vivir la realidad adecuada, ordenada y felizmente.
El hilo conductor y el objetivo central de este Itinerario es “suscitar, promover y alimentar el encuentro y la comunión con Jesucristo”. Más que asistir a unas reuniones o escuchar unas charlas, se trata por tanto de un compromiso de seguimiento en un camino formativo de modo cada vez más profundo y radical. Se trata de ponernos en contacto y en comunión con Jesucristo mediante el encuentro personal con Él.
Se aprende mucho escuchando y estando abierto a lo que otros pueden aportar, y más si se trata de hermanos en la misma Iglesia, con los que se crece mucho más que con nadie. Entiendo que nuestros queridos amigos de Acción Católica han aportado un buen instrumento de formación y trabajo para los grupos que no disponían del mismo, y que andaban buscando unas vías concretas de metodología grupal en cristiano.
Aunque “los destinatarios son principalmente los laicos cristianos que quieren ser (pero que no son aún del todo) miembros activos y responsables en su condición de cristianos y de miembros de la Iglesia, sin excluir a quienes, sin ser creyentes, desean interesarse por el proceso formativo en el laicado cristiano”, también yo lo he visto muy útil, incluso, para aquellas comunidades y grupos cristianos en general (no sólo de Acción Católica) que, como el nuestro, de Comunión y Liberación, aunque tengamos un espacio de catequesis de adultos llamado “Escuela de Comunidad”, el conocimiento de estos procesos formativos distintos, aporta un enriquecimiento de nuestra conciencia y comunión eclesial.
En resumen, entiendo que es una llamada a una mayor sensibilidad en la formación por parte de todos, especialmente dirigida a los laicos. Una llamada, desde la claridad pedagógica y la sencillez evangélica, a la conversión auténtica y gradual, en un proceso formativo de compromiso, a través de una acción social concreta, abierta y solidaria.