Estoy recién aterrizado de Dublín donde he pasado 4 intensos días en la Conferencia para Líderes Europeos ReLay.
Apenas conocida en España, ReLay es una conferencia en la que se promueve la reconciliación entre los cristianos y el mutuo intercambio. Como ellos dicen, no se trata de una organización ni de un movimiento, sino más bien un foro donde tanto organizaciones como movimientos pueden conocerse y compartir entre ellos.
Históricamente los encuentros se han desarrollando en lugares como Inglaterra, República Checa, Holanda y Eslovaquia, por lo que tienen un marcado sabor centroeuropeo que nos queda un poco lejos en España.
La mayoría de los asistentes eran gente del mundo católico cercano a la Renovación Carismática, aunque más bien del mundo de las comunidades surgidas a raíz de la misma, el cual es muy diferente en su expresión y contenidos a la Renovación a la que estamos acostumbrados aquí.
La idea central de este año era “Courageous Lidership” en alusión del ya clásico libro de Bill Hybels, haciendo referencia a una renovación del liderazgo en la iglesia con vistas a un mayor y mejor crecimiento.
Como principales oradores Lynn Green de JCUM, Nicky Gumbel de Alpha y el P. Bernard Murphy de los franciscanos carismáticos del Bronx. Un protestante, un anglicano y un católico hablando a 200 líderes católicos, responsables de grupos, ministerios y comunidades.
También se dieron talleres, entre ellos uno llevado por Charles Whitehead que es toda una institución en el mundo carismático católico.
Dejando lo anecdótico aparte y las divertidas historias del P. Bernard que es un fraile de dos por dos de voz potente con un contagioso sentido del humor, lo más interesante de todo fue descubrir una realidad de gente que quiere mirar más allá, potenciando a los líderes del hoy y el mañana de la Iglesia.
Lo extraordinario es que haya gente que piense en cómo formar a nuestros responsables, fundadores y encargados de comunidades, y además lo haga desde una perspectiva de networking, que no es otra cosa que hacer relaciones de las que luego salen fructíferas colaboraciones, apoyos y alianzas.
Quizás todo esto suene un poco a chino al católico “comprometido” que tenemos en España, y no es para menos porque
una de las grandes carencias que se ponen de relieve cuando uno viaja es precisamente esa, la falta de un liderazgo laical debidamente formado y pastoreado por quienes tienen la responsabilidad de hacerlo.Si quisiéramos sentar en una mesa a los que son líderes en nuestra iglesia, muchos pensarían en los grandes nombres estilo Kiko Arguello, pero verían que no tenemos muchos más, pues gente como los Eduardo Bonín que ya no están o un Abelardo de Armas con sus 82 años, ya suenan a nombres y experiencias del pasado.
Pero líderes haberlos haylos, están trabajando de una manera silenciosa, entregada y sobretodo descoordinada…y la gran pregunta es quién se preocupará de formarlos y ponerlos juntos para que de su fraternal colaboración y mutuo conocimiento salgan cosas creativas que respondan a la llamada actual de la Iglesia a la Nueva Evangelización.
Para mi gusto, existen líderes muy aptos entre nuestros grupos, los menos están plenamente desarrollados, y los más lo son en potencia, porque no se ha prestado atención al tema…pero si nos preguntáramos si existen líderes jóvenes, eso sería harina de otro costal, porque la sensación es que de los 35 para abajo hay muy poca gente apoquinando en la Iglesia.
Alguien de la organización acostumbrado a la media de 27 años de edad que se ven otras iglesias, me comentaba lo paradójico de que a él los asistentes a Relay le parecieran entraditos en años (típica franja católica de 35 para arriba) cuando a los católicos que venían les parecían jóvenes…
Y es que hoy en día llamamos joven a cualquiera en la Iglesia, por pura falta de reemplazo.
¿Existe algún ReLay en España? ¿Hace falta tenerlo? Depende de la Iglesia que queramos tener, y de si estamos dispuestos a poner los medios para ello.
El primero es la formación en liderazgo, y el segundo lo que los protestantes llaman “intencionalidad”: saber a dónde se quiere llevar a esos líderes en potencia, lo cual conlleva la existencia de un liderazgo dispuesto a trabajar e invertir en ellos.
Todo esto sirve a una visión, que en cristiano no es otra que la llamada de Dios a través de la Iglesia, y no debiéramos tener miedo de hablar de los medios necesarios para esta misión en términos de efectividad. Jesús no lo tuvo al hablar del tema del “rendir” en la parábola de los talentos.
Resumiendo lo vivido en Dublín: qué refrescante es ver cosas distintas, discursos distintos y gente trabajando para hacer posible lo que está en el deseo de todos: una Iglesia fiel al mandato del Señor con la camisa remangada manos a la obra.