Me refiero al artículo sobre el Obispo de Toulon, Dominique Rey, del que ReL habló el 11 de enero. Nos contaba monseñor Rey los siete criterios para saber si una parroquia funciona, es decir, si “le va bien”. Todo lo que dice está muy bien pero siento decir que se equivoca porque ¡se olvidó del criterio principal!

Si una parroquia va bien o mal será porque sus parroquianos son buenos o malos cristianos, o sea, buenos o malos discípulos de Cristo. Pues mira que Cristo lo dijo bien claro: “En esto conocerán todos que sois mis discípulos: si os teneis amor los unos a los otros”. Luego este es el principal criterio para saber si una parroquia va bien o mal: si sus feligreses se aman entre ellos, y esta es la principal pregunta que habría que hacer a cada parroquia: ¿Los cristianos de esta parroquia se aman entre sí? Si a alguno esto le pilla de sorpresa lo siento por él, pero así son las cosas.

Finalmente, el último criterio del obispo es si la parroquia irradia caridad entre sus miembros, lo cual está muy bien, pero es que Cristo puso el listón más alto: habló de amarnos unos a otros ¡como Él nos ama! No seré yo el que rebaje el nivel de exigencia.

Así que yo lo tengo claro: la señal principal para saber si una parroquia, grupo, movimiento, etc., funciona es la que Cristo nos dijo, que para eso lo hizo: que se amen entre ellos. Quizás el obispo lo dio por supuesto, pero no lo dijo.

Aramis