La Palabra de Dios es riquísima, multifome misterio de la sabiduría de Dios, del inagotable Misterio.
Las Escrituras requieren su estudio o interpretación -se llama exégesis- que puede ser de múltiples formas, con diferentes métodos, desde distintos puntos de vista. Los biblistas y los teólogos bíblicos se dedican a ello. Y es bueno que así sea, porque la Palabra es un manantial que nunca se seca y cada generación debe beber de ella el Agua pura.
Pero.. . Pero hay una forma de exégesis sublime y no huma na, sobrenatural y no científica, que es la exégesis viva. El Espíritu Santo realiza esa exégesis cuando hace surgir en la Iglesia un santo. Éste queda impactado por la Palabra de Dios, por alguna de sus Palabras, por un versículo especial, definitivo, que lo transforma, lo dirige, lo reorienta y da forma a su propia vida.
"Los santos son los verdaderos intérpretes de la Sagrada Escritura. El significado de una expresión resulta mucho más comprensible en aquellas personas que se han dejado ganar por ella y la han puesto en práctica en su vida. La interpretación de la Escritura no puede ser un asunto meramente académico ni se puede relegar a un ámbito exclusivamente histórico. Cada paso de la Escritura lleva en sí un potencial de futuro que se abre sólo cuando se viven y se sufren a fondo sus palabras" (Ratzinger-Benedicto XVI, Jesús de Nazaret..., p. 106).
Los santos son interpretación viva de los diferentes pasajes y versículos de la Escritura, pero una exégesis que la hace el Espíritu Santo grabando a fuego ese versículo en la existencia completa del santo. Éste ha penetrado en el abismo del Misterio y un solo versículo le ha abierto horizontes antes vedados, insospechados para él, y ha seguido ese camino en su vida. Nosotros hoy, al leer la vida de un santo con una mirada de fe, vemos cómo la Palabra de Dios es interpretada por la vida misma de un santo.
A cada uno, por así decir, le corresponde ser la traducción e interpretación de un versículo. San Francisco de Asís es la exégesis radical de "Dichosos los pobres en el espíritu..."; San Francisco Javier: "Id al mundo entero y proclamad el Evangelio"; san Juan Bosco: "El que acoge a un niño como éste en mi nombre, me acoge a mí...", etc.
A nosotros, conocer la Palabra de Dios interpretada por la vida de un santo.