Hay quien opina que no hay verdades absolutas, que cada uno tiene su verdad y que TODO VALE.
Esto no es cierto.
Hay cosas opinables: café dulce o amargo.
Pero no todo es opinable:
Π es 3,1416. No es 8,2432, ni 5,1340, etc.
El agua es H2O. No es NH3. Eso el amoníaco. Ni ClNa. Eso es la sal común.
Lo mismo que en Matemáticas y Química pasa en Religión. Hay cosas opinables: comulgar en la boca o con la mano es opinable, si el obispo del lugar lo ha permitido.
Pero los dogmas de fe no son opinables.
La existencia de un infierno eterno no es opinable pues es dogma de fe porque lo ha dicho Jesucristo.
Y si alguien se atreve a llevar la contraria a Jesucristo, cuando se muera se va a enterar.
JORGE LORING, S.I.
COMUNIDAD JESUITAS.
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