He visto pasar con relativo sigilo por la prensa española un hecho denunciado por el periódico La Gaceta que, de ser verdad, representaría uno de los escándalos más graves ocurridos en todos los años de democracia española, protagonizado una vez más, ¡como no!, por miembros de ese cáncer que ineludiblemente sufre la democracia en España cada vez que intenta instalarse, llamado PSOE.
Un partido que tiene que aceptar de una vez por todas su amortización, cambiando sus siglas y refundándose de una maldita vez, para marcar distancias definitivamente con una historia nefanda que le ha llevado a estar implicado desde en una dictadura (la de Primo de Rivera con Largo Caballero), hasta en amenazas de muerte a presidentes del gobierno, (la de Pablo Iglesias a Maura en la Restauración); asesinatos de líderes de la oposición (el de Calvo Sotelo); gestión de checas (las de García Atadell, Marqués de Riscal, Agrupación socialista madrileña...); golpes de estado contra la democracia (el de Asturias de 1934); corrupción a gran escala (el del barco Vita con todo lo expoliado en la Guerra Civil que se disputan en Méjico Indalecio Prieto y Negrín, Filesa, los ERES andaluces, MATSA); terrorismo de estado (el del GAL); complicidad con el terrorismo (el del mal llamado proceso de paz con episodios todavía por aclarar como el de Faisán, pero que apestan), y tantos y tantos otros que más vale no mencionar para no terminar de vomitar aquí mismo y sobre la marcha…
Se trata, en esta ocasión, de una reunión secreta, en el palacio residencial del Presidente del Gobierno, en La Moncloa para que nos entendamos, a horas intempestivas de la noche, sin cámaras y en la que sus participantes entraron por puertas secretas de cuya existencia ni conocíamos, de los tres miembros más importantes de un Gobierno, a saber, su presidente, el Sr. Rodríguez Zapatero, su vicepresidente, la Sra. Fernández de la Vega, y su ministro de interior, Sr. Pérez Rubalcaba... ¡¡¡con un juez (si Montesquieu levantara la cabeza)!!!... que para colmo, no es cualquier juez sino uno que está... ¡¡¡tres veces imputado por prevaricación y otra por cohecho!!! Y todo ello… ¡¡¡en las horas previas a producirse uno de los hechos más execrables de toda la historia de la democracia española, el chivatazo por unos policías a unos terroristas para que escaparan antes de ser apresados por otros policías!!!
Tengo la impresión de que el silencio impuesto y la indiferencia impostada van a ser la táctica a adoptar ante este nuevo escándalo del pesoísmo. Los unos, los pesoítas, para no airarlo demasiado. Los otros... los otros yo ya ni sé para qué: existe una consigna de silencio en España sobre todo escándalo que afecte al PSOE que, francamente, da que pensar con angustia...
El periódico que publica la noticia, La Gaceta, afirma que lo que ha publicado se lo aseguran “fuentes de la seguridad de Moncloa de la máxima solvencia”. Personalmente, creo que la noticia no puede pasar de puntillas por el noticiario español. O La Gaceta, un diario con una tirada que alcanza ya indiscutible importancia (casi 100.000 ejemplares), responde de un delito de intoxicación informativa, llámese como se llame ese delito, por publicar noticias que son falsas de toda falsedad; o los que responden entonces por delitos gravísimos y por responsabilidades políticas aún mayores son todos los participantes en la supuesta reunión de la Moncloa del día 3 de mayo de 2006. Como quiera que sea, creo sinceramente que la opinión pública española merece una explicación. Y creo también que debe demandarla: aunque sólo sea por pura vergüenza torera. Cosa distinta será que, efectivamente, lo hagamos.
©L.A.
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