Año del Señor 2018
16 de noviembre 
 
Hola, buenos días, hoy Lety nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.                              
 
SIEMPRE ÉL CONTIGO
 
Hace unos días, la Madre Priora nos recordó que el 14 de noviembre por la tarde iba a venir el Señor Obispo a visitarnos. Charlaría con nosotras, compartiríamos las Vísperas y la Eucaristía... y que se quedaría a cenar. 
 
No te puedes imaginar mi cara de asombro. Sí, el Obispo iba a quedarse a cenar, has leído bien. Eso es algo nunca visto, pero... ¡qué gozada! 
 
Don Fidel llegó puntual. Junto a toda la Comunidad, visitó el convento. Me impresionó cómo miraba y compartía cada detalle. En el Noviciado, cuando entró en el Oratorio, se arrodilló y, en silencio, oró. Acto seguido, al salir a la sala... ¡jugaron una partida al futbolín! Imagina: la Priora y el Obispo contra las novicias. Y ahí tienes a nuestros superiores, como auténticos hermanos, jugando con las jóvenes del monasterio. 
 
Luego fuimos a la huerta y paseamos hasta el cementerio para orar por las hermanas que nos precedieron. Finalmente volvimos para celebrar la Eucaristía con las Vísperas. 
 
Durante la Eucaristía, en el momento de la Comunión, al acercarme al altar, vi colocado en la esquina el solideo, totalmente estirado. Me impresionó verle y pensé: “Si este solideo pudiese hablar... ¡qué cantidad de cosas nos contaría de nuestro obispo!” 
 
Continuamos con la cena, que fue un momento muy fraterno. El Obispo nos preguntó por nosotras, se interesó por nuestra manera de vivir, nuestro trabajo... Le sentimos como padre, pastor y hermano. 
 
La sobremesa la disfrutamos mucho, fue un regalo del Señor poder compartir con él, escucharle hablar de lo que es nuestra vida dentro de la Iglesia, y, sobre todo, descubrir cómo nos alentaba y animaba. 
 
Cuando ya se marchó, a mí no se me iba de la cabeza el solideo encima del altar...
 
¡Cuántas cosas habrá vivido junto a nuestro Obispo! Y le daba gracias al Señor por tantos momentos que solo Él conoce: peripecias, aventuras, y también peligros de los que le ha librado; momentos de entrega, de sufrimiento, de dolor y de muchas alegrías. Cuántos momentos vividos tenemos en nuestro interior que solo nosotros y el Señor los conocemos, y que en el Cielo se descubrirán. 
 
El mensaje que nos repitió don Fidel durante toda la tarde fue que el Señor siempre había estado con él, a su lado, y que siempre lo estaría con nosotras. Y, al instante, yo pensaba: “Igual que tu solideo, que te ha acompañado siempre...” 
 
Qué gozada ha sido descubrir a un hermano y pastor. Gracias por cada instante que compartimos, don Fidel.
 
Hoy el reto del amor es dar la mano a Jesús y dejarle que te acompañe en el día. Observa tu pasado de Su mano y verás que Él siempre ha estado ahí; mira tu presente y descúbrele junto a ti; y pon en Sus manos tu futuro, porque, que Jesús esté en tu vida, no depende de Él, sino de ti: ¡Cristo siempre quiere vivir contigo! Solo espera que le dejes entrar. En un momento del día, párate y reconócele a tu lado.
 
VIVE DE CRISTO 
 
 
Enlace para solicitar el calendario “VIVE DE CRISTO 2019”:
 
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¡Feliz día!
 
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