Podéis escuchar el podcast Para sanar las heridas del aborto:
https://www.radiomariapodcast.es/programa/101/la-vida-como-es
Buscando la felicidad de pareja por caminos equivocados
Actualmente se están buscando mil y una formas de que una
relación dure, pero no de una forma cualquiera.
Se desea que sea estable y duradera, pero sin ningún esfuerzo. Lo
cual es una contradicción, una relación siempre es costosa.
Se trata de querer al otro y el cariño se mide por lo que uno
es capaz de sufrir por el otro. Por la cantidad de esfuerzo
que uno esta dispuesto a poner en ese compromiso.
Por tanto, querer que una relación dure, sea emocionante,
el deseo no decaiga, no me cueste nada y, además,
hacer lo que me dé la gana en mi vida. Todo ello junto,
sencillamente, es imposible.
Pero hay gente que lo intenta.
Una de esas formas, de intentar lo imposible, es irse de
vacaciones por separado. Cada vez, hay más parejas, que
se van de vacaciones, con alguien que no es su marido o
su mujer. Lo hacen, en aras a una modernidad, que viene
a decir algo así como que cuando nos volvamos a ver, nos
cogemos con más ganas.
Es obvio que esto falla por todos lados. Mucha de la
gente que experimenta esta forma de huir de la responsabilidad
se da cuenta que en esas vacaciones le ha hecho
«tilín», emocionalmente, alguien que ha pasado las vacaciones
con ella o con él. Lo cual ya supone un sufrimiento
añadido. Y lo opuesto a lo que se quería conseguir.
Por otra parte, se ve como un inconveniente el hecho
de tener hijos.
¿Si quedo embarazada, con quién se va el niño en
vacaciones? El hijo es una pega, que no se sabe cómo solucionar.
Bueno, te dicen, habrá que compartirlo. Hay quien piensa que se lo
dejan a los abuelos.
Como se ve, es una falta de compromiso tremendo,
que quizás a algunas de las personas que están leyendo le
pueden parecer rarezas. Llevan razón, lo son, pero cada
vez se está dando con más frecuencia.
Se está intentando que de la vida de relación sólo
quede lo mejor, y no me parece mal, pero se está haciendo
por el camino equivocado.
Por la ausencia de compromiso. Y una relación, ¿Qué
es sino compromiso?
La mejor forma para que un matrimonio funcione es
darse al otro, entregarse, dejar de pensar en uno mismo.
De esa forma, sí que es verdad que quitamos lo que de
malo tiene una relación, que es el egoísmo. Lo que pasa
es que no nos lo creemos.
Como consecuencia de ello, nos pasamos la vida
dudando si conviene darse o no, y así vemos tanto matrimonio
aburrido. Y está así, porque no se ha dado de verdad.
Es un círculo vicioso.
Otro día hablaremos de las parejas abiertas.
contreras@jmcontreras.es