Hay un aspecto más sutil en los ejemplos de esta serie: la elección de qué se puede saber es una cuestión de fe. Una de las elecciones de fe más frecuentes es si existe algo sobrenatural: un creyente tiene fe en su existencia, mientras que un materialista tiene fe en su no existencia. Un ejemplo:
El novelista francés Emile Zolá viajó a Lourdes para “documentarse”, como se dice ahora, en la elaboración de su novela sobre los fenómenos de la ciudad francesa. Acompañó a varios enfermos en el viaje y, feliz casualidad, pudo asistir a dos curaciones instantáneas. Y curaciones orgánicas “de las buenas”, no psíquicas. Hubo gente que pensó que el célebre autor se convertiría. El Doctor Bossaire, director de la Oficina Médica, le dijo: “Señor Zola, este es el milagro que usted quería”, pero el novelista le contestó: “Es cierto que se ha curado, pero eso no prueba la existencia del milagro, ¿qué sabemos nosotros del funcionamiento de las leyes desconocidas de la naturaleza?”
Zola tiene la fe en que los milagros y lo sobrenatural no existe, y según esa fe interpreta el hecho. Da igual que una persona que no tiene dedos salga de Lourdes con ellos. Su fe le impide admitir que pueda haber algo sobrenatural, ya que de entrada lo excluye. Igualmente, el religioso que usa el Génesis como muestra literal de la creación, tiene fe en que no haya más que lo que le muestra el Génesis. Su fe excluye lo demás.
Volviendo al ejemplo del libro, esto sería como una persona que cree que los libros no son más que palabras dispuestas según las reglas de la gramática. Para él, las personas que dicen que los libros tienen un significado “están locos” y ven cosas “que simplemente no existen”. Su fe le impide ver más allá. De nuevo, es su fe la que no le deja ver el resto de la realidad.
En conclusión: normalmente se habla de la fe como algo que impide ver lo material, pero pocas veces se habla de la fe como algo que impide ver lo sobrenatural. De hecho, todos, científicos, religiosos, agnósticos, creyentes, etc., han hecho un acto de fe. El problema viene si la fe no le permite ver toda la realidad.
D’Artagnan.