¿Un paso definitivo para el cese de la violencia armada o una trampa más de la banda terrorista a la que nos tiene acostumbrados?.Hay opiniones en la calle, en los medios y en los políticos, para todos los gustos. Lo indiscutible es que los que han pagado con sus vidas, el alto precio de esta “ representación”, con tintes de mascarada, han sido las 858 víctimas y sus allegados, que esperan aún se les haga verdadera justicia. Dice el refrán español: “Del dicho al hecho hay mucho trecho”. Las palabras mueven y conmueven, pero sólo los hechos son los que convencen. ¿Puede alguien poner la mano en el fuego y asegurar que la banda de criminales terroristas es sincera en su comunicado?

Mientras no se disuelvan, no reconozcan sus crímenes, no entreguen las armas y pidan perdón a víctimas y a los españoles, pensaremos que es un engaño, una trampa más, de los que tienen su mente obnubilada y su corazón endurecido, para seguir matando por fines políticos, como la autodeterminación o independencia. Los creyentes y personas de fe, tenemos el recurso de la oración. Que Dios todopoderoso cambie la mente y el corazón de estos asesinos y nos dejen vivir en paz y libertad.

MIGUEL RIVILLA SAN MARTIN