Al nacer, es normal que adoptemos la religión de nuestro ambiente. Pero esto es al nacer. Después hay que profundizar nuestra fe, buscar la religión verdadera, y una vez encontrada, seguirla firmemente, independientemente de todo lo que nos rodee.
Esto es como si hubiera una puerta cerrada que debemos cruzar a vida o muerte y nos pusieran delante muchas llaves para elegir. Y unos escogieran las llaves doradas porque en su barrio se estilan así, otros las grandes con anillas porque en su ciudad es la mayoritaria, y otros que eligieran las pequeñas con adornos porque sólo conocen ese tipo de llave.
Es absurdo quedarse con estas llaves y no buscar la única que nos lleva a nuestro objetivo: abrir la puerta y cruzarla.
Pues lo mismo con la religión. Sólo una abre la puerta, sólo una es la verdadera. Por eso es absurda la actitud del ambientalista.
Aramis