Beato Fidel Fuidio Rodríguez
Se le considera un precursor de la arqueología madrileña. Discípulo del alemán Hugo Obermaier. Excavó en los alrededores de Madrid en compañía de sus alumnos. Exploró el Cerro de San Blas, Tejar de San Pedro, Portazgo, Parador del Sol, Casa del Moreno, San Fernando de Henares, Arenero de las Mercedes, el Sotillo, el Ventorro, Hortaleza, Carabanchel, etc. Autor de la tesis “Carpetania Romana” que fue defendida el 6 de mayo de 1932. El trabajo fue publicado dos años después.
El 25 de julio, Fidel tuvo que dejar su comunidad y trasladarse a una fonda, ya que el Colegio había sido requisado por la Guardia Civil. El 7 de agosto, los milicianos se presentaron de noche en la pensión, una fonda llamada “La Paca”, para proceder a una detención y se llevaron también a Fidel, al verle un crucifijo en el pecho. Lo condujeron al Gobierno Civil, en cuyo desván habían instalado una cárcel provisional. El tiempo de su prisión lo pasó preparándose a bien morir y tratando de levantar la moral a los demás detenidos. Rezaba constantemente y se confesaba a menudo con los sacerdotes presos, manifestando muchas veces su prontitud a “morir por la fe”.
De los tres marianistas mártires de Ciudad Real, tras conocer hoy al Beato Fidel Fuidio Rodríguez, protagonista de este 17 de octubre, y al Beato Jesús Hita Miranda (a la izquierda), del cual ya hablamos el 25 de septiembre: Como educador supo granjearse la estima y el afecto de los alumnos y de sus familias, consiguiendo que cada Colegio fuese una comunidad educativa. Como Director cuidó especialmente de la formación de los profesores marianistas, la mayoría muy jóvenes. Carlos Eraña es considerado justamente como uno de los más insignes pedagogos de la primera generación de marianistas españoles.
Natural de Yécora (Álava), nació el 24 de abril de 1880, último de siete hijos del matrimonio formado por Inocente y Micaela. Fue bautizado el mismo día de su nacimiento. A los cuatro años recibió el sacramento de la confirmación. A los doce ingresó en el Postulantado marianista en Vitoria (España). En 1893 fue trasladado a Pontacq (Francia); emitió sus primeros votos en la Compañía de María en 1897. Profesor durante 35 años en Jerez de la Frontera, Cádiz, Madrid (19101933) y Ciudad Real en colegios de los marianistas y en 1935 en el Instituto de 2ª enseñanza de Ciudad Real.
Las piezas halladas primero se depositaron en el Colegio El Pilar, para posteriormente pasar al Museo Prehistórico Municipal de Madrid, después integrado en el Museo de San Isidro y hoy Museo de los Orígenes y conservado por José Pérez de Barradas entonces arqueólogo municipal. Destaca también la villa romana descubierta en Villaverde (Madrid), como siempre junto a sus alumnos, que es la primera de sus características en los alrededores de Madrid. La villa fue excavada por Barradas y aquí se recuperó un interesante mosaico.
Tras su traslado a Ciudad Real, localizó restos de industria lítica en el paraje llamado Valdarachas en Poblete (Ciudad Real). Descubrió el yacimiento paleontológico del Plioceno Superior de Las Higueruelas (Alcolea de Calatrava, Ciudad Real) en 1935. Allí recuperó varios colmillos de mastodonte actualmente expuestos en el Colegio Nª Sª del Prado de Ciudad Real (siguiente fotografía). Como gran pedagogo, estos descubrimientos fueron hechos junto con sus adolescentes alumnos.
En las campañas de 1971, 1990 y posteriores se han clasificado restos de mastodontes, guepardos, rinocerontes, gacelas, cérvidos y tortugas gigantes. Parte de estas piezas están expuestas en el Museo Provincial de Ciudad Real, además de un diorama de tamaño natural que reconstruye el paisaje de la época (como puede verse en la siguiente fotografía).
A su muerte se encontraba trabajando en el libro “Oretania Romana”.
Mártir de la fe
Como religioso, observaba fielmente sus compromisos y siempre estaba dispuesto a ayudar a sus hermanos. En su vida de comunidad trató de ser según su propia expresión, “propagador de entusiasmo y sembrador de optimismo”. Amaba a su Instituto con cariño filial y cultivaba una devoción especial a la Virgen María. Según los testigos, el Beato rezaba diariamente las tres partes del rosario. Tenía la costumbre de hacer la señal de la cruz y besar el anillo marianista, símbolo de su consagración religiosa.
A finales de junio de 1936, Fidel Fuidio fue operado de una hernia en Madrid, regresando a su comunidad de Ciudad Real el 17 de julio, aún convaleciente de su operación.
El 15 de octubre fue dejado en libertad después de un simulacro de juicio. Pero antes de salir de la prisión fue llevado por los milicianos a la “Casa del Pueblo”. De allá lo sacaron en la noche del 16 al 17 de octubre y lo fusilaron en Carrión de Calatrava. Siendo arrojado en el pozo-noria.
En noviembre de 1960 los arrojados al pozo de Carrión fueron trasladados a la Basílica de la Santa Cruz del Valle de los Caídos. Sus restos descansan en la Capilla del Sepulcro.
Techo de la Capilla del Sepulcro. Mosaico de Santiago Padrós representando el Santo Entierro.
El Beato Fidel Fuidio, que como ya hemos dicho fue profesor del Colegio del Pilar de Madrid desde 1910 a 1933, tuvo de alumno a Diego Méndez, segundo arquitecto del Valle de los Caídos, quien por eso quiso que su maestro quedara perpetuado en el mosaico de la gran cúpula; como el artista que lo realizó, Santiago Padrós, no pudo colocarlo en ese momento entre los mártires, lo hizo entre los confesores, siendo el rostro de San Francisco Javier.
Techo de la Capilla del Sepulcro. Mosaico de Santiago Padrós representando el Santo Entierro.
El Beato Fidel Fuidio, que como ya hemos dicho fue profesor del Colegio del Pilar de Madrid desde 1910 a 1933, tuvo de alumno a Diego Méndez, segundo arquitecto del Valle de los Caídos, quien por eso quiso que su maestro quedara perpetuado en el mosaico de la gran cúpula; como el artista que lo realizó, Santiago Padrós, no pudo colocarlo en ese momento entre los mártires, lo hizo entre los confesores, siendo el rostro de San Francisco Javier.
Beatificado el 1 de octubre de 1995
Fueron tres los religiosos de la Compañía de María (Marianistas) inmolados por odio a la fe en 1936, en Ciudad Real, beatificados por Juan Pablo II. Como religiosos educadores dedicaron su vida al apostolado de la enseñanza. Vivieron con entusiasmo su vocación religiosa según el carisma propio de su Instituto, fundado en 1817 por el Beato Guillermo José Chaminade en Burdeos (Francia). Un conjunto de circunstancias providenciales hizo que los tres coincidieran en Ciudad Real, en el verano de 1936. Dado que la comunidad quedó dispersa al principio de la persecución, se prepararon separadamente al martirio, que sufrieron en días distintos. En la fotografía, Colegio de Nuestra Señora del Prado de Ciudad Real.
Recordamos la vida y martirio del último de ellos. El Beato Carlos Eraña Guruceta nació en Aozaraza-Arechavaleta (Guipúzcoa) el 2 de noviembre de 1884, en el seno de una familia profundamente cristiana. Entró en el Postulantado Marianista de Escoriaza, cercano a su casa, en 1899. Emitió sus primeros votos como marianista el 9 de Septiembre de 1903. Desde 1904 se entregó a la educación cristiana de los niños en diversos centros marianistas de España. Fue profesor de enseñanza primaria en Escoriaza, Villafranca de Oria y Madrid. Y luego desempeñó ejemplarmente el cargo de Director en los Colegios de Ciudad Real (19161927), Tetuán-Marruecos (19271933), y Madrid, en el Colegio Ntra. Sra. del Pilar, desde 1933 hasta su muerte.
El 24 de julio de 1936, el Colegio del Pilar, donde residía, fue incautado por un grupo de milicianos, con la consiguiente dispersión de la comunidad religiosa. Carlos Eraña fue detenido dos veces y luego puesto en libertad. Cuando vio que en Madrid su vida corría peligro y que allí no podía hacer nada útil para el Colegio o la comunidad, decidió ir a Ciudad Real pensando que algún antiguo alumno podía protegerlo. Después de un accidentado viaje y de una nueva detención en Alcázar de San Juan, que estuvo a punto de costarle la vida, llegó a Ciudad Real el 29 de Julio.
Allí se encontró con dos comunidades marianistas dispersas y los colegios incautados, mientras imperaba un clima de violenta persecución a sacerdotes, religiosos y católicos más significados. Vivió en ese ambiente de prueba más de un mes, conservando siempre la serenidad de espíritu. Solía decir: “Sea lo que Dios quiera”. Movido por la caridad y manifestándose siempre como religioso, trató valientemente de ayudar a los marianistas ocultos en diversos lugares de la ciudad.
El 6 de septiembre fue arrestado por los milicianos y llevado a la “Casa del Pueblo”, donde permaneció 12 días en completo aislamiento. Bien consciente del peligro que corría, vivió esos momentos en completa paz, totalmente entregado a la voluntad de Dios. El día antes de morir manifestó su deseo de confesarse. En la madrugada del 18 de septiembre fue sacado de la improvisada cárcel y fusilado en Alarcos, a pocos kilómetros de la capital.
El arqueólogo santo
Excavaciones en Móstoles (Madrid)
El Beato Fidel Fuidio afirma en la página 95 de su “Carpetania romana” (Editorial Reus, Madrid 1934) que:
“Móstoles es según Ceán, Villa de Castilla la Nueva, provincia de Toledo, y en el partido de Madrid, de donde dista tres leguas hacia Poniente. En lo antiguo pertenecía a los carpetanos, y estaba fundada en el Cerro Prieto, que está al Oriente de la misma villa. En él se descubrieron cimientos de población romana.
Una reciente exploración a dicha villa y al Cerro Prieto nos permitió ver la topografía de éste y el examen de un lugar de la villa que llaman actualmente la calle de Cartaia. Atraídos por la antigüedad de este nombre, D. Isidoro García Rodríguez, Veterinario del Ayuntamiento de Madrid, hijo de dicha villa, y mi guía nos pusimos a explorar el camino que lleva dicho nombre. Obsérvase en los campos labrados, al pie del camino, muchos restos de vivienda, como piedras, tejas y ladrillos. En el chaflán del camino, a mano derecha, que alcanza la altura de dos a tres metros, encontramos muestras muy claras de cultura romana, como un molino de granito, abundantes tejas y trozos de cerámica roja sigillata, amarilla y negra fina.
Dentro de la huerta, que sigue la línea de este camino, propiedad de la señora Duquesa de la Conquista, en un hueco que forman las paredes de la noria, hay una cabeza de mármol, que se observa desde fuera de la tapia, llamada la Mariblanca. Tiene aspecto de tipo clásico romano con tradición griega. Su estado de conservación es perfecto, salvo una pequeña erosión en la nariz”.
Además, en una muestra de cerámica que recogió en sus prospecciones en Móstoles y depositó en el Museo de San Isidro, en Madrid, puede leerse: “Cerámica de Móstoles. Día 21 de Junio de 1931. Camino del S. Oeste en lo que se llama ahora Calle Cartaya. Bordes del camino. Cabeza de mármol (Mariblanca), en la Huerta junto al camino. Pared de la Noria”.
Descubrimientos arqueológicos en Azaña (Toledo)
Nos referimos al pueblo toledano de Numancia de la Sagra. La coincidencia de su antiguo nombre con el de Manuel Azaña, presidente de la Segunda República Española, fue motivo para que el 19 de octubre de 1936, las tropas del General Franco, encabezadas por el comandante Velasco, alzadas en armas contra la República, decidieran cambiar el nombre histórico del pueblo por el de Numancia, nombre del regimiento que lo tomó, seguido del nombre de su comarca. El nombre lo recibía, según los historiadores, desde la Edad Media, por eso el debate sigue abierto sobre volver al nombre de Azaña. Por eso, cuando el Beato Fidel Fuidio hace los descubrimientos arqueológicos se habla del pueblo de Azaña.
En el artículo que presentan Fidel Fuidio y José Pérez de Barradas se habla de cómo “puede el Colegio de Nuestra Señora del Pilar, dirigido por los Religiosos Marianistas, estar satisfecho de haber sido el primero que ha concedido a la Prehistoria el interés que merece, explicándose sus líneas generales en las clases de Historia de España y organizando excursiones a los yacimientos próximos a Madrid. Los frutos obtenidos han sido inmejorables: nuevas estaciones prerromanas, hallazgos valiosos y, sobre todo, un plantel de jóvenes animosos que en los días de fiesta o en las vacaciones hacen excursiones o recorren sus fincas en busca de sílex trabajados o de cerámica prehistórica. Ésta, y no otra, ha sido la causa de los descubrimientos arqueológicos que vamos a relatar.
Se deben al celo e interés del alumno Felipe Gómez-Acebo que, a partir del pasado mes de noviembre de 1926, ha traído al Colegio todos los lunes una serie de restos prehistóricos ibero-romanos encontrados por él en la finca de Hontalba, donde acostumbra a pasar los domingos y las vacaciones. Invitados amablemente por su padre D. Felipe Gómez-Acebo, tuvimos ocasión de estudiar sobre el terreno esta zona toledana interesante donde se hallan vestigios desde el lejano Paleolítico hasta los tiempos medievales…”.
Podéis leer todo el artículo en este enlace:
Hallazgos de una villa cristiano-romana en el término de Villaverde
Esta era la noticia que se publicaba el lunes 6 de febrero de 1928.
“El profesor de Historia de España de un colegio regido por padres marianistas, don Fidel Fuidio, que en diversas ocasiones ha hecho interesantes descubrimientos paleolíticos en los alrededores de Madrid, buscaba desde hace tiempo en el término de Villaverde un yacimiento de la indicada época, y en una de sus excursiones advirtió que unos obreros que trabajaban en una finca del Duque de Hijar dejaron, al hacer un desmonte, al descubierto un muro de mampostería. El examen de este muro y de los restos de cerámica revueltos con la tierra que los envolvía, convenció al profesor de que se hallaba ante restos de una edificación romana, tan raros en los alrededores de Madrid, y, en vista de ello, dio cuenta del hallazgo al señor José Pérez de Barradas, encargado por el Ayuntamiento de hacer excavaciones en el término municipal…”
En el año 1918 un joven Pérez de Barradas, junto a los prehistoriadores Obermaier y Wernert, inició sus trabajos de exploración y estudio de la prehistoria del Manzanares (Madrid) se inauguraba así uno de los periodos más fructíferos en la investigación arqueológica de la capital de España con más de ciento veinte yacimientos descubiertos y estudiados, en un territorio que va desde el pueblo de El Pardo hasta el pueblo de Perales del Río, ámbito arqueológico conocido como Las Terrazas del Manzanares.
En otro artículo sobre los hallazgos de Villaverde se lee:
“Don Fidel Fuidio, religioso marianista y profesor de Historia de España en el colegio de Nuestra Señora del Pilar fue el autor del hallazgo. Buen pedagogo, une a su saber el encanto de enseñar a sus alumnos, haciéndoles copartícipes de sus investigaciones y trabajos, de tal modo, que la confusa y tan extraña para otros agrupación de fechas y lugares en que se les aparecen los textos históricos, tiene para los discípulos del señor Fuidio todo el interés de un ameno relato nacido de la lógica sucesión de relatos nacido de la lógica sucesión de hechos, cuya unión no guarda ningún secreto para ellos…”
Os invito a conocer este trabajo, con artículos de la época, sobre el trabajo del Beato Fidel Fuidio.
Yacimiento paleolítico en Valdarachas (Ciudad Real)
La edición de “El pueblo manchego” del viernes 3 de mayo de 1935 publicaba en la segunda página un artículo de Daniel Pintor, alumno del Colegio marianista de Nuestra Señora del Prado de Ciudad Real, con el siguiente titular: “Descubrimiento de un magnífico yacimiento paleolítico. En Valdarachas, a orillas del río Jabalón. Por el Sr. Fuidio y los alumnos del Colegio de Nuestra Señora del Prado. En dos exploraciones han encontrado 165 piedras talladas”.
“Con el título de exploradores arqueólogos del río Jabalón y en número de diez formamos un equipo compuesto por el profesor de historia célebre por sus investigaciones arqueológicas D. Fidel y los alumnos Santiago Espinosa, Mateo Aguilera (…) Al entrar en dicho campo dijo D. Fidel… agachándose recogió una magnífica hacha tallada por ambas caras de hechura perfecta tipo achelense. Todos nos pusimos con avidez a buscar y enseguida aparecieron ejemplares parecidos al primero… La exclamación de júbilo que brotó de los labios de nuestro querido profesor al recoger del suelo la segunda hacha nos llamó extraordinariamente la atención. Su emoción fue de las que saliendo del fondo del alma se reflejó en un vibrar de sus ya vivos ojos y sus labios exclamaron: “-¡Estamos en un yacimiento paleolítico!, estos dos ejemplares tienen todas las características del achelense madrileño. No hemos perdido ni el viaje ni el día para la historia de la cultura más primitiva de la Mancha objeto de nuestra excursión”.
Termina el artículo afirmando: “Dícenos nuestro querido Profesor que este es el descubrimiento más importante de su vida por revelar un nivel cultural primitivo de la Mancha comparable únicamente con los hechos por él en Madrid capital del mundo prehistórico… A la vista de este tesoro cunde en el Colegio un gran afán de excursionismo y exploración arqueológicas”.
También podéis leer todo el artículo en:
El yacimiento paleontológico de Las Higueruelas (Ciudad Real)
En el año 1935, un agricultor manchego, Casimiro Plaza, se encontraba trabajando en su huerto de Las Higueruelas, en Alcolea de Calatrava. Su azada tropezó con un cuerpo duro: se trataba de un hueso petrificado de grandes dimensiones. Cerca de él, encontró otros más. Enseguida comprendió que este hallazgo podía ser importante. Pidió prestado un tractor a un vecino, cargó los restos y se plantó en Ciudad Real, en el Colegio de los Marianistas. Allí estudiaban sus hijos y le habían hablado de un “sabio” profesor del colegio, D. Fidel Fuidio.
Don Fidel quedó asombrado del descubrimiento y prometió ir a Las Higueruelas para excavar. Varias veces visitó el yacimiento y trasladó algunos restos al Museo del Colegio de Nuestra Señora del Prado. Allí se conservan. Pero meses más tarde, ya en 1936, el científico Fidel Fuidio fue encarcelado y asesinado por milicianos marxistas. Allí terminó la primera etapa de investigación.