En el contexto de la inminente ejecución de Yusef Nadarkhani, el iraní que apostató del Islam a los 19 años de edad y se convirtió al cristianismo, y hoy, pastor cristiano, cuya vida pende del despótico y barbárico régimen de los mulás que lo quieren asesinar por apostasía.
Los líderes religiosos del Islam en Europa no han emitido el menor comentario al respecto. Las organizaciones musulmanas que reciben cuantiosas subvenciones del erario público español que el gobierno Zapatero, y con el apoyo de Rubalcaba, les ofrece, mantiene un silencio cómplice.
¿Dónde están los manifiestos y quejas contra el régimen islamista de Irán?
El enojo y la ira de las masas musulmanas sólo se focaliza contra el Papa, y contra el resto de los que ellos denominan “infieles”, los descendientes de monos, los judíos, y los descendientes de cerdos, los cristianos, como su zoo-teología define a los cafres (kafur, plural de kafir, que significa infieles].
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