Hace tiempo escribí un post que he recordado viendo el telediario de hoy, “Circos romanos en la actualidad”. He escuchado, que alguien me corrija si me equivoco, que ¡no quedan entradas para ver la última actuación del toro Ratón! Y he alucinado oyendo su historia delictiva y, cómo, ante la pregunta sobre si los ayuntamientos deberían dejar que continúe actuando o no, ¡a la gente le mola que siga ahí! “si va gente a verlo...”.
 
En el esplendor del Imperio Romano también se organizaban este tipo de juegos para distraer a la gente. Seguro que pocos se creen las antiguas películas de romanos, esas en las que el guionista tenía libertad y no le obligaban a incluir personajes con estereotipos actuales. En ellas, cuando había problemas (conatos de revueltas, subidas de impuestos,…), el emperador siempre recurría al mismo sistema: tener distraído al pueblo, dándoles carnaza. ¿Han leído libros de historia sin memoria, es decir, la buena?
 
Este veraneo, en un parque de atracciones, pudimos observar cómo un señor mayor se quitaba la ropa por el calor, para refrescarse en unos chorros de agua…. ¿para qué iba a llevar bañador, si los españoles somos los más modernos del universo? Y a su lado, un niño aprendiendo de sus mayores, claro, haciendo pis en medio….. ¡a escasos diez metros de los aseos! de verdad que no sé cómo pienso tan mal de la pobre gente que probablemente solo intentaban refrescarse inocentemente.
 
En fin, ya tenemos otro nuevo medio para el control de la población a añadir a los ya impuestos… ¡el toro Ratón! Hay mogollón de gente en el mundo y tenemos que hacer algo para remediarlo. Si no, de qué van a vivir nuestros hijos y los de nuestros amigos. Ahora bien, dentro de unos años, 100 ó 200, la gente sentirá repelús ante muchas de las atrocidades que el mundo actual pretende imponernos. Seremos raros, ultras, carcas y mil cosas más, pero antes o después se sabrá la Verdad, que única.
 
Eduardo Palanca/ReL