Beato Ismael Escrihuela Esteve Nació el día 20 de mayo de 1902,en Tavernes de la Valldigna (Valencia), y fue bautizado en la parroquia de San Pedro Apóstol de dicha localidad. De pequeño se educó en el colegio de las Hermanas de la Doctrina Cristiana y recibió la Primera Comunión, junto con otros dos hermanos suyos, a los siete años de edad. Habiendo crecido en el ambiente de un hogar cristiano, formó un carácter enérgico y una voluntad férrea. Desde su infancia acudía por las tardes al rezo público del Santo Rosario.
En 19231924, durante el servicio militar, que cumplió en Cartagena, parece ser que se enfrió algo su anterior vida de piedad; pero, más tarde, y después de haber practicado unos Ejercicios Espirituales en Gandia (Valencia), salió de nuevo fortalecido. Ingresó en la Acción Católica, desempeñando el cargo de delegado formador de aspirantes, y perteneció a otras asociaciones piadosas. Llegó a ser de comunión diaria y todos los meses se trasladaba en bicicleta a Gandia a la Adoración Nocturna. Observaba rigurosamente los domingos y fiestas de precepto; trabajaba en las horas de siesta, y así, podía terminar antes, para asistir al catecismo como instructor de los niños. En todos los actos de su vida demostraba ser un buen católico.
Bóvedas y cúpula de la Iglesia de San Pedro (pinturas del siglo XVIII-XIX), en Tabernes
Llevaba en la solapa de la americana un pequeño Crucifijo, sufriendo sin alterarse burlas de chicos y grandes, que le llamaban “el soldadito de Cristo”. Su energía y entereza hacían enmudecer incluso a los enemigos de la religión, con los que sostuvo numerosas controversias. Sufrió varias negativas a su petición de mano de Josefa Grau por parte de los padres de ésta, pero logró, tras luchas y sinsabores, contraer matrimonio con ella y formar un hogar feliz. Tuvieron tres hijos: Ismael, Josefa y José.
Bóvedas y cúpula de la Iglesia de San Pedro (pinturas del siglo XVIII-XIX), en Tabernes
Llevaba en la solapa de la americana un pequeño Crucifijo, sufriendo sin alterarse burlas de chicos y grandes, que le llamaban “el soldadito de Cristo”. Su energía y entereza hacían enmudecer incluso a los enemigos de la religión, con los que sostuvo numerosas controversias. Sufrió varias negativas a su petición de mano de Josefa Grau por parte de los padres de ésta, pero logró, tras luchas y sinsabores, contraer matrimonio con ella y formar un hogar feliz. Tuvieron tres hijos: Ismael, Josefa y José.
Ismael fue detenido el 21 de julio de 1936, y estuvo unos días encerrado en el Ayuntamiento de su pueblo. Tuvo gestos de valentía, como rasgar unas láminas obscenas que se exhibieron ante él. Después fue trasladado al Penal de San Miguel de los Reyes de Valencia, y durante el cautiverio asistía a procesiones clandestinas con Jesús Sacramentado que, en la misma cárcel, organizaban unos religiosos, entre ellos el Padre José Ramón. Durante este tiempo pusieron dificultades a su mujer para verlo, a lo que él respondió: “No padezcas más; en la gloria nos veremos”.
Estando detenido en Tavernes, manifestó a su compañero de prisión, el padre Ramón Cuñat Bufante, OMC, las amenazas de que había sido objeto durante las discusiones con librepensadores y, por consejo del referido religioso, escribió un testimonio que, después de narrar dichas controversias, concluía así:
“Ya en 1936, enfurecidos por demás, me prometieron que, aunque reconocían que nada tenía yo de malo, en cuanto ganaran las elecciones, sería ajusticiado como los curas y los frailes. Tavernes de Valldigna, a 7 de agosto de 1936. Firmado: Ismael Escrihuela Esteve. Rubricado”. Este escrito de su puño y letra se conserva como una prueba de que su muerte no fue ocasionada por enconos políticos sino por su catolicismo.
En los libros de registro de la cárcel de San Miguel de los Reyes consta lo siguiente: “Fueron entregados al agente especial de orden público por orden escrita del Comité de Salud Pública el 9 de septiembre de 1936, Ismael Escrihuela Esteve” y otros ocho compañeros (cinco de estos de Tavernes).
Se sabe que los trasladaron en un camión al Picadero de Paterna, donde aparecieron ese día 9 cadáveres, entre los que estaba el de Ismael. Tenía 34 años de edad. Su cuerpo fue enterrado en una fosa común y sus venerables restos no han podido ser identificados. Fue beatificado por Juan Pablo II, el 11 de marzo de 2001.