Un grupo de sacerdotes austriacos defienden estos cambios públicamente y desde la jerarquía se les indica que deben obediencia a la Iglesia. Dentro de la noticia hay varios aspectos interesantes.
El primero es la indefinición del texto que nos presenta el diario el País. Cientos ¿Cuántos cientos? ¿Todos sacerdotes? ¿Todos austriacos? ¿Cómo y dónde se reunieron para elaborar el comunicado? ¿Objetivo del encuentro? El trasfondo de la noticia no aparece, lo que indica que este aspecto no se desea incluir dentro de la exposición.
Segundo. La noticia tiene dos focos bien definidos: Las propuestas “avanzadas” de “muchos” frente a la oposición “autoritaria” de “pocos”. El cuadro se dibuja como la lucha de los “muchos” oprimidos contra los “pocos” poderosos.
¿Cuánto de cierto hay en esta escena? ¿Son tantos los “muchos”? ¿Son tan “pocos” los poderosos? ¿Es veraz la asignación de los papeles en la escena? ¿Existe sólo un punto de vista desde el que interpretar la escena?
Analicemos el trasfondo. Es cierto que la disciplina sobre el celibato puede ser cambiada, pero representa mucho dentro de la Iglesia Católica. Cambiar esta disciplina trastoca la dedicación y objetivos vitales de los ministros, dando lugar a otra iglesia diferente a la que conocemos. Tener pastores a tiempo parcial, con los problemas de llevar adelante una familia ¿Resuelve algún problema? Incluso dudo que el problema vocacional se resuelva con unos pocos valientes que afronten la dicotomía a la que lleva la duplicidad de misiones: familia y pastoral. Miremos si los hermanos ortodoxos tienen mayores vocaciones por permitir que se ordenen personas casadas. Me temo que no. El problema vocacional viene del alejamiento de Iglesia - sociedad. Alejamiento que tiene como principales causas que no entendemos la Iglesia y el objetivo de llevarla a ser lo que nos es: la sociedad, el mundo. Quien se aleja es la persona de la Iglesia, no al revés, como quieren hacernos creer.
Sigamos fijándonos en los hermanos ortodoxos y anglicanos en donde el celibato es opcional. ¿Qué proyección social-caritativa tienen sus Iglesias? Básicamente son iglesias administradoras de sacramentos y con una limitada capacidad misionera y caritativa. ¿Es eso lo que queremos?
Curiosamente, los católicos que defienden el celibato opcional defienden también una Iglesia casi absolutamente social-caritativa. Ambas opciones son incompatibles en la práctica, por mucho que en la teoría-ideal sea posible.
Sobre la ordenación femenina, se podría decir lo mismo con un plus de ruptura. La ordenación femenina significa la disolución de la Tradición. Una vez rota, todo sería reformable si hay una “razón de peso". Esto daría lugar a un cisma directo en la Iglesia.
La autoridad del Papa y los Concilios no pueden ir contra la Tradición y si esto llegara a suceder, aparecería una nueva iglesia católica romana no apostólica. La Iglesia latina apostólica seguiría existiendo, ya que somos muchos quienes creemos en la Tradición como revelación directa de Dios. Es decir, no solo no se arreglaría nada, sino que todo iría a peor ¿Es eso lo que quieren los sacerdotes austriacos? Poco quieren a la Iglesia y mucho desean su iglesia particular.
Dicho sea de paso, el modelo eclesial que defienden ya existe en el anglicanismo. Miremos sus resultados. No creo que sea necesario arrastrarnos un lugar donde no queremos ir. Tal como indica la noticia, el obispo Egon Kapellari lo tiene claro y sus declaraciones lo evidencian: "la llamada es un peligro para la unidad de la Iglesia".
Sobre los protagonistas de la escena, hay que indicar que los “pocos” no somos tan pocos. Eso si, no hacemos una cantidad de ruido equivalente a quienes no piensan como nosotros. De todas formas la cantidad de personas que defienden una idea no es razón suficiente para validarla.
A estas personas no les quitaré el derecho a tener la iglesia de sus gustos, incluso creo que deben hacerlo si su conciencia se lo pide. Lo que me sorprende es el constante intento de hundir la Iglesia que fundó Cristo para que no le haga sombra a sus iglesias personales. La tendencia a dividir y romper sólo puede provenir del enemigo, que goza enfrentando y confundiendo a las personas de buena voluntad.
Por otra parte, en este y otros casos, no creo que nadie trate de tomar medidas autoritarias o unilaterales, sino de solicitar a estos sacerdotes que sean coherentes con lo que creen. ¿Que hacen dentro de una Iglesia en la que no creen? Básicamente sembrar tempestades que no benefician a nadie. Ni a ellos mismos. Dios nos ayude e ilumine.