Ya pasada la JMJ, pensaba con qué quedarme de todo lo que ha sido la semana. Y es que en estos días, el Papa nos ha mandado muchos mensajes a los jóvenes católicos de todo el mundo. A pesar de que es difícil quedarse con uno, creo que el Papa acertó dejando para el momento culminante, la Misa del domingo, su mensaje más importante: que solos no se puede ser cristiano.
“No se puede seguir a Jesús en solitario. Quien cede a la tentación de ir “por su cuenta” o de vivir la fe según la mentalidad individualista, que predomina en la sociedad, corre el riesgo de no encontrar nunca a Jesucristo, o de acabar siguiendo una imagen falsa de Él” (Benedicto XVI)
Estando en Cuatro Vientos, me daba cuenta que la alegría de la que todos participábamos no solo provenía de poder estar cerca del Papa, sino de sentirnos rodeados de verdaderos cristianos. Pero, ahora que volvemos a nuestras casas, es nuestro deber procurarnos una “mini JMJ” para que nos acompañe día a día. Como dice el Papa, si hacemos la guerra por nuestra cuenta, corremos graves riesgos.
Por eso, hoy más que nunca, hay que remarcar que para poder ser buen católico hay que tener un grupo, un entorno. Si ni siquiera cosas tan pequeñas como hablar bien en público se pueden aprender en solitario, ¿qué decir de la tarea de ser santo?
Encuentra un grupo, una parroquía, y, como cantan los fans del Liverpool, nunca caminarás solo. Y para muestra, un botón:
D’Artagnan