El 4 de febrero de 2011 el arzobispo de Valencia, monseñor Carlos Osoro, bendijo en la Basílica de la Virgen de Nuestra Señora de los Desamparados, una imagen del beato Vicente María Izquierdo, el sacerdote mártir que salvó con la ayuda de un guardia civil, la imagen original del siglo XV de la Mare de Déu del incendio provocado en el templo el 21 de julio de 1936. Un mes después, como narramos más adelante, murió fusilado.
Como pudo leerse en la página web del Arzobispado de Valencia, la imagen es una talla de madera policromada de 120 centímetros de altura, que “imita el estilo barroco”, ha sido realizada en el taller del artista Melchor Gutiérrez de la localidad palentina de Venta de Baños. La imagen representa al sacerdote con un libro de la Virgen de los Desamparados en una mano y, en la otra, con un rosario y la palma del martirio. A los pies del beato figura el bonete que empleaban los párrocos de la época.
BEATO VICENTE MARÍA IZQUIERDO ALCÓN
Nacido en Mosqueruela (Teruel) el 25 de mayo de 1891, “en el seno de una familia profundamente religiosa” estudió en el Seminario Conciliar de Valencia. Fue ordenado sacerdote en 1915 y ejerció su ministerio en las localidades de l’Olleria, Cogullada, Carcaixent, Cheste y Bicorp y Puebla de Farnals. Músico, pintor y cantor, puso sus cualidades al servicio de su apostolado. Muy dado a la oración y al estudio, vivía muy austeramente y era muy generoso con los pobres.
Tras las elecciones de febrero de 1936 tuvo que dejar su pueblo y, con licencia del arzobispado, establecerse en Valencia capital. El 21 de julio de 1936, Vicente María Izquierdo, que vivía muy cerca de la Basílica, al ver que había sido incendiada salió “a buscar la imagen arriesgando su vida y desoyendo los consejos de sus amigos”, y logró, con la ayuda de un guardia civil, sacar la imagen de la Virgen que fue conducida al archivo general del Ayuntamiento.
El día 15 de agosto, gente de su pueblo lo localizó, fue detenido y llevado al pueblo, donde lo llevaron por las calles desafiando a la gente para que defendiera a su cura. Detenido en el Comité, lo sacaron en la mañana del día 18. Pidió despedirse de su parroquia y se lo permitieron, pero le pidieron les contara los pecados de la alcaldesa, a lo que él se negó rotundamente y recibió por ello golpes, malos tratos y pinchazos en la lengua. Él les perdonó. Con Vicente María llevaron a fusilar a otro sacerdote, y ambos se dieron mutuamente la absolución, tras lo cual fueron fusilados en el camino a Rafelbunyol.
El papa Juan Pablo II lo beatificó el 11 de marzo de 2001 con otros 232 mártires valencianos. Podéis consultar este otro artículo: