Año del Señor 2024
29 de febrero
Buenos días, hoy Matilde nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
“ENTRA EN TU CUARTO”
En este comienzo del tiempo de la Cuaresma, la Iglesia nos regala, en la Palabra de Dios, este texto: “tú, cuando vayas a orar, entra en tu aposento y después de cerrar la puerta, ora a tu Padre”.
Los hombres de Dios, han meditado, pensado, reflexionado esta Palabra que, por ser de Dios, tiene muchos senos de Sabiduría y de gracia. Yo, quiero unirme a ellos y, poniéndome en la presencia del Espíritu Santo, escucharé qué me quiere decir...
Lo que tengo muy claro es que, esta Palabra, está dicha hoy y ahora, para cada uno de nosotros. Nos quiere hablar al corazón, poniendo en él, un gran fervor de amor.
Lo primero que veo es que, he de desear “ponerme en oración”, aunque no sepa a veces, cómo se hace ésta en mí. Pero, también su Palabra, viene en nuestra ayuda: “nosotros, no sabemos pedir lo que nos conviene, pero, el Espíritu, intercede por nosotros, con gemidos inefables”. ¡Qué bien lo dice el Señor: “¡con gemidos inefables!!”. Y son así, porque son producidos por el Espíritu Santo en nuestro corazón. ¡Luego, yo, tengo que hacer poco aquí, porque, Él, sabe mejor que yo, lo que deseo, lo que ansío, lo que me va a hacer feliz!. Dios, con Su Espíritu, lo penetra todo, hasta lo escondido de Dios...
Sí, pero a mí, se me pide que, “entre en mi aposento y cierre la puerta”. Luego, tengo que “entrar y cerrarme” a tantas cosas que habitan en mi interior: Los pensamientos tontos, si no, vanos o dañinos; Los deseos no ordenados de bienes superfluos y cosas que imagino me hacen falta, llenándome de alegría efímera; Las imaginaciones, no reales y que alimento en mis tiempos perdidos... Y, cada uno puede poner aquello a lo que tiene que “cerrar la puerta” o “echar fuera del cuarto”, si ya han hecho asiento en su corazón.
La tradición de la Iglesia nos habla bellamente de “la celda interior”. Pero, fue Santa Catalina de Siena, santa dominica, la que desarrolló magistralmente “este escondite”. Ella, pedía siempre en sus escritos y en sus cartas, no salir de esta Celda pues, está allí todo el propio conocimiento verdadero, tal como nos ve y nos conoce Dios. Y, ¡qué bueno es vivir en la verdad de nosotros mismos!. Y le decía el Señor que, con este conocimiento, sabía, de raíz, que, “ella era la que no era y Dios es el que Es”. Si esto, lo ponía en práctica, encontraría que todo este espacio limpio y luminoso, es “la alcoba del alma”, donde, Dios, quiere tener sus coloquios de amor con ella.
Quizás, me diga alguno que esto es muy subido, y, no lo dudo, pues, Dios mismo lo es, pero no es inalcanzable porque sabemos de sobra que, Jesús se ha abajado haciéndose Hombre, para elevarnos hasta Él y llevarnos por Él, con su Espíritu Santo.
Hoy, el reto del amor es, desear orar “ahora, que, es tiempo favorable” y dejarnos conducir por la gracia que nos habita.
VIVE DE CRISTO
¡Feliz día!