@del_hamoralcielo

 Es 4 de Noviembre, fiesta de San Carlos Borromeo. Acaba de empezar Noviembre, el mes que la Iglesia Católica dedica especialmente a los difuntos. El día 1 fue la Solemnidad de Todos los Santos y este año fuimos muchos los que nos unimos a la iniciativa Holy Wins para contrarrestar la tendencia maligna de Halloween. Hubo adoraciones nocturnas en multitud de parroquias y monasterios, rezo del Santo Rosario en muchos hogares y otras iniciativas particulares preciosas.

No está mal celebrar fiestas y que la gente se disfrace y los niños pidan chuches de casa en casa, lo que está mal es desvirtuar el sentido cristiano de lo que se celebra y sustituirlo por símbolos malignos que, sin saberlo, estamos introduciendo en nuestra vida y en nuestra casa.

El caso es que en Noviembre está bien pensar en nuestros fallecidos, rezar por ellos para que si aún están en el Purgatorio se les acorte el tiempo de purificación para que puedan entrar en el Cielo. Y también pensar en todos los santos del Cielo, los canonizados y los anónimos, para que intercedan por nosotros y alcancemos nosotros también la santidad.

Vi una publicación en Instagram que me hizo pensar inmediatamente en mi próximo post, este que estás leyendo ahora mismo. Aparecían unas fotos con un mensaje:

@fiorebagatello  "La escalera al cielo... literal"

La foto está tomada en Llanes, Asturias. Vista así sí que parece que esa escalera termina en el Cielo.

@fiorebagatello    

La titular de la cuenta lanzaba una pregunta “para la reflexión”: ¿qué harías si hoy fuera tu último día?

Si fuera mi último día y lo supiera reuniría a todas las personas que amo para hacer una fiesta, un fiestón con comida rica, bebida, música, pista para bailar, KARAOKE, bromas… Reiría mucho con ellos, les daría las gracias una y mil veces por su amor, por su paciencia, por su apoyo, por su fuerza, por su confianza en mí, por todas las veces que me han soportado, perdonado y ayudado; les pediría perdón por todas las veces que les hice daño, por las veces que no estuve a la altura de sus necesidades o pasé de ellos; habría muchos besos y abrazos y sobre todo muchas muchas risas.

Si fuera mi último día y no lo supiera haría lo de todos los días. Dar gracias a Dios por el nuevo día haciendo la señal de la cruz, desayunar en buena compañía con mi taza de "Medjugorje, la película", besar a mis hijos al levantarse con cara de sueño y legañas, besarlos otra vez al irse al colegio, ir a misa a alimentarme de Amor y de Gracia, hacer mis recados en la calle, mis tareas de la casa, leer un buen rato y por la noche ver una película o una serie de televisión, ponerme al día en WhatsApp e Instagram e irme a dormir, cansada pero contenta. Todo con la gratitud a Dios en mi corazón y en mi pensamiento, con el crucifijo en el bolsillo y el rosario bajo la almohada, para dormir de la mano de la Virgen.

Durante el día me asombraría ante las muchas muestras del amor de Dios hacia mí en las cosas corrientes, le pediría perdón todas las veces que me acordara por mis pecados y errores y le diría infinitas veces GRACIAS y ¡CUÁNTO TE QUIERO!

Si hoy fuera mi último día y no lo supiera haría lo mismo que todos los días. ¿Qué harías tú?