El Siervo de Dios Pascual Martín de Mora Granados nació el 15 de mayo de 1865 en el pueblo toledano de Albarreal de Tajo (Toledo). Había sido ordenado sacerdote el 26 de mayo de 1888. Sus primeros nombramientos fueron todos en la ciudad de Toledo: fue capellán del Convento de Santa Clara de Toledo (1888); al año siguiente lo fue de San Juan de la Penitencia; en 1890 pasó a ser coadjutor de la parroquia de San Andrés. En 1892 recibió el nombramiento de profesor del Seminario de Toledo y en 1893, vicerrector del Colegio Infantes y también ecónomo de San Juan Bautista. En 1893 pasó a ser ecónomo de Recas (Toledo). Al año siguiente ocupó la capellanía de las Carmelitas de Talavera de la Reina. De allí pasó a Consuegra, como coadjutor. Y en 1895 obtiene el nombramiento de párroco de Nambroca (Toledo). Tres años después obtuvo una canonjía en Alcalá de Henares (Madrid). En abril de 1907 recibe el nombramiento de párroco de Calera y Chozas (Toledo). En 1912 se reincorpora al clero de la Ciudad Imperial, como párroco de la Capilla de San Pedro.
La Obra de las Marías de los Sagrarios
En Toledo fueron dos de nuestros mártires los primeros que trabajaron por instaurar la Obra. Primero el Siervo de Dios Pascual Martín de Mora en 1913 quien comunicó los primeros entusiasmos “contagiado” seguramente por el fundador, el Beato Manuel González, y pudo reunir almas eucarísticas en las mujeres toledanas, que se hicieron “Marías del Sagrario” con los entusiasmos de la alta misión que se les encomendaba de reparar tantos sagrarios abandonados o poco frecuentados. En Talavera, dos años después, sería el Beato Saturnino Ortega, arcipreste de la ciudad el que impulsó la creación de la Obra.
En 1913 regresa como profesor al Seminario. De 1918 a 1924 regenta como párroco el pueblo de Consuegra (Toledo). En 1925 recibe el nombramiento de la popular parroquia de San Nicolás de Bari en Toledo.
Don Pascual era también vocal de la Asociación Diocesana del Clero.
La persecución por las calles de Toledo
Así cargado de años y trabajos, llegamos a 1936. Ha estallado la persecución religiosa con formas dantescas por las calles de la Imperial Toledo, es la tarde del 22 de julio. Por delaciones del vecindario, sin duda, los milicianos dan con la puerta de la casa de don Pascual, adosada al templo de San Nicolás, frente al edificio del Banco de España. Tras aporrearla, vociferan:
- ¡Arriba las persianas!
Don Pascual se asoma al balcón y, al verle vestido de sotana, antes de que él formule cualquier pregunta, de nuevo le increpan:
- ¡Baja aquí, pajarraco!
Él pide el manteo a su hermana Faustina, mientras dice:
- Voy a bajar y, si me matan, ofrezco mi vida para que esto termine.
Ya en la puerta le han exigido que grite ¡Viva el comunismo! Pero él, responde:
- ¡Viva Cristo Rey! ¡Viva Cristo Rey!
Extendiendo sus brazos en cruz, a la par que proclama su tercer grito, no ha podido terminarlo: una descarga ahoga en su propia sangre las últimas palabras, quedando muerto a la puerta de la casa rectoral, donde permanece el cadáver a la vista de cuantos pasan, mientras Faustina queda dentro, aterida por el miedo y abandonada, no se atreverá a saltar por encima del cuerpo de su hermano para salir a la calle a atenderle. El Siervo de Dios restará insepulto hasta el 25 de julio.
Su causa está siendo instruida por la Archidiócesis de Toledo y se encuentra en fase diocesana .
LOS PADRES CARMELITAS
Podéis visitar la web que los P. Carmelitas crearon tras la beatificación, el 28 de octubre de 2007, de los 16 carmelitas de la Comunidad de Toledo.
http://www.carmelitasdescalzosdetoledo.com/nuestros-martires/
http://www.carmelitasdescalzosdetoledo.com/nuestros-martires/
La tarde del 22 de julio cayó el primero el Padre Prior, Beato Eusebio del Niño Jesús. Lleva dos meses de prior. Como Superior, se ha preocupado de que, en caso de necesidad, cada uno de los religiosos que componen su comunidad puedan refugiarse en una casa amiga. Llegado el momento ha obligado a los suyos a acudir a sus refugios respectivos.
Él Prior será detenido en el nº 19 de la calle Instituto. A ocho o diez metros de la casa, lo fusilan.
En el nº 8 de la calle Alfileritos se han refugiado los beatos Fray Clemente de los Sagrados Corazones, Fray Hermilo de San Eliseo y Fray Perfecto de la Virgen del Carmen.A media tarde, tras descubrirles, son fusilados.
El Beato Fray José Agustín del Santísimo Sacramento, organista de la Comunidad, que hace unas semanas emitió su profesión solemne, por un descuido va a parar frente a unos milicianos en la misma calle de Alfileritos, que lo fusilan en el acto.
Finalmente, el Beato Fray Eliseo de Jesús Crucificado que va con él, sale corriendo, entra en un sótano, donde hay otros refugiados, para no ponerles en peligro, el religioso se entrega y tras afirmar: “-No disparéis, yo soy el religioso a quién buscáis”, cae desplomado por las balas de los fusiles. Los que están refugiados lo contemplan todo.
Los sucesos de la persecución religiosa en la ciudad de Toledo se desarrollaron en un margen de 72 días en los que un centenar de sacerdotes diocesanos y de religiosos fueron exterminados. Cazados como auténticos trofeos por los milicianos que registraron la ciudad palmo a palmo.