Sí, te quiero...
Sí, me quieres...
En la base del ser,
allí donde raíz toman
las verdades, la Memoria,
se está grabando a fuego,
a medida que espacio y tiempo
nos acerca y confronta,
en mi corazón tu presencia,
la luz de tu vida en mis sombras,
tu compañía en mis soledades,
el gozo y el deseo de mis sentidos,
la madurez -ya cierta- de nuestros pasos.
Él nos amó primero,
nos dió corazón, memoria y pensamiento,
insufló vida donde antes nada había,... nos creó.
Él nos amó primero,
nos dió Gracia para volver de nuevo,
superar la esclavitud de la ignorancia pecaminosa,
volver a la tierra, trabajar en ella, fecundarla,
para creer, para convertirnos mejor. Sólo Él... nos salvó.
Cierto estoy que el amor es lo más grande,
cierto cuando te digo que en mi pecho no cabe
por ser de naturaleza tan desbordante,
cierto te siento cada vez menos distante,
cierto de haber hallado en tí mi casa, mi mujer y una madre.
Sí, te quiero...
Sí, me quieres...
y deseamos caminar juntos, unidos muy fuerte,
para que, aunque vengan vientos, tempestades,
mantengamos firme la esperanza, bien gobernada nuestra nave.
Sí, me quieres...
En la base del ser,
allí donde raíz toman
las verdades, la Memoria,
se está grabando a fuego,
a medida que espacio y tiempo
nos acerca y confronta,
en mi corazón tu presencia,
la luz de tu vida en mis sombras,
tu compañía en mis soledades,
el gozo y el deseo de mis sentidos,
la madurez -ya cierta- de nuestros pasos.
Él nos amó primero,
nos dió corazón, memoria y pensamiento,
insufló vida donde antes nada había,... nos creó.
Él nos amó primero,
nos dió Gracia para volver de nuevo,
superar la esclavitud de la ignorancia pecaminosa,
volver a la tierra, trabajar en ella, fecundarla,
para creer, para convertirnos mejor. Sólo Él... nos salvó.
Cierto estoy que el amor es lo más grande,
cierto cuando te digo que en mi pecho no cabe
por ser de naturaleza tan desbordante,
cierto te siento cada vez menos distante,
cierto de haber hallado en tí mi casa, mi mujer y una madre.
Sí, te quiero...
Sí, me quieres...
y deseamos caminar juntos, unidos muy fuerte,
para que, aunque vengan vientos, tempestades,
mantengamos firme la esperanza, bien gobernada nuestra nave.