Hola amigos. Voy a decir algo impopular, para variar.

¿De verdad os escandaliza lo de las Clarisas de Belorado?

¿Acaso somos nosotros mejores?
¿Es que estamos libres de todo engaño, mala actuación o soberbia?

Mejor reconocerse pobres pecadores capaces de cualquier cosa que vivir escandalizándose de los demás y diciendo: “eso a mi no me pasará jamás”.

Si, amigos, si de algo hay que escandalizarse es de nuestros propios pecados. No entrar en asuntos que son carne de salseo rosa.

Seguro que lo habéis visto muchas veces. Creedme: la persona que veáis que parece más mística y que tiene más fe es capaz de cualquier locura.

Tu y yo también lo somos. Por eso al Señor mejor pedirle cada día que no permita nos separemos de Él, que no nos suelte de su mano.

¿Te escandalizas de unas monjas que yerran pero luego no te escandaliza sacar a paseo tu lengua? ¿Te echas las manos a la cabeza por un tema de sectas pero luego no te importa decir mentiras? ¿Te enerva un culebrón eclesial pero luego al fariseísmo propio no das importancia?

 

Gente que se pasa el día viendo porquería en Instagram escribiendo: “¡qué escándalo que las monjas se han hecho un Instagram!”.

¡Gente defensora de posturas heterodoxas escandalizándose en X porque estas otras son sedevacantistas!

Y luego está que nos encanta opinar y buscar siempre un chivo expiatorio... Que si la culpa es del Papa, que si del Obispo, que si del Concilio, que si del que cambiaba las lámparas, que si del gato… Río revuelto ganancia de pescadores, ¿no?

Por estas hermanas hay que rezar.
Formarse criterio en el tema a gente experta como el bueno de Luis Santamaría para conocer el peligro.

Y por supuesto hay dejar actuar a su Obispo y a quien competa en la Iglesia, que bastante estarán sufriendo ya. Otra oración por ellos no está de más.

A ver si ahora va a resultar que vamos a ser todos en redes sociales “especialistas en actuaciones sectas en conventos sedevacantistas”. Señores, como decía San Vicente de Paul: “el bien no hace ruido y el ruido no hace bien”.