Con muy buena intención y muy poca consideración por la capacidad mental y emocional de ustedes, algunos gurús y todos los medios se empeñan en darnos gratis vías de escape: libros y series gratis, recetas de cocina, juegos de mesa, porno gratis -faltaría más, que no falte el sello del diablo contra la familia y el matrimonio precisamente ahora-, envíos gratis de todo tipo...
Fugas gratis.
Pero huir no sale gratis nunca. Huir se paga muy caro.
Y huir de uno mismo se paga con la muerte.
¿Cuántos cristianos han olvidado hoy las palabras de Jesús: "No temáis a los que matan el cuerpo (sean virus o bombas), temed más bien a aquel que tiene poder para hacer morir el alma y el cuerpo en el infierno"? Teman más al pecado que a este virus de fabricación foránea.
Naturalmente, para temer al pecado hay que tener conciencia de él.
Anatole Kuraguin, el personaje de "Guerra y Paz", es una profecía de nuestro tiempo: solo busca el placer; sin responsabilidad, sin trabajo, sin esfuerzo; sin sacrificarse por nada ni por nadie. No le importa qué rompa y cuántas mujeres se lleve por delante, cuántas familias y matrimonios destroce; solo quiere lograr su satisfacción y, lo que es peor, como tantos de su especie, no cree que "haga daño a nadie".
-¿Qué opinas, Dólojov?
Y Dólojov, un tipo con la conciencia maleada, pero con ella aún en el corazón, se dedica a jugar con Kuraguin para ver hasta dónde puede llegar en su degradación.
¿Hasta dónde podemos llegar en nuestra degradación?
¿Quieren ver su pecado cara a cara? ¡Sean valientes!
¡Dios les ha regalado una Cuaresma de verdad, en forma de enclaustramiento forzado, para algo bueno. Piensen y mediten:
-¿Mi mujer? ¿La quiero? ¿O es la pura rutina hecha compañera de vida?
-¿Mis hijos? ¿Los quiero? De boquilla, porque no aguanto más de media hora -o un cuarto de hora- jugando con ellos. ¿Los quiero?
-Esa cerveza... ¿La disfruto o la necesito?
-El pitillo ¿me esclaviza?
-La suegra ¿la miro mal?
-El teletrabajo, eh, mmmm... ¿O son unas vacaciones? La fuga de madrileños al Levante parece confirmarlo. Esto se llama robar a la empresa de la cual cobran, en Madrid o en Benidorm.
-La amante. El amante. ¿No la hay, no lo hay? ¿Tampoco hay deseo de, imaginación, pornografía? "Todo aquel que mira a una mujer (o un hombre o un niño o una niña) deseándola, ese ya ha cometido adulterio en su corazón". Piensen, valientes, piensen.
-El cabreo con el gilipollas del vecino. Ya. ¿No saben que "que todo aquel que se aíra contra su hermano ha cometido asesinato en su corazón"?
Continúen ustedes mismos.
El panorama tendrá forzosamente y sin excepciones que parecerles negro, muy oscuro. Y lo es.
Sin embargo, profundicen más.
El agua sucia de la superficie queda ahí. Solo la han revuelto con la mano y ha girado la basura aparatosamente, como un remolino de culpas.
Vayan más al fondo. El agua comienza a mostrar una plácida quietud.
En el fondo que logren alcanzar habrá paz.
Si tienen paciencia y valor, llegarán sin duda a ese fondo de paz. Permanezcan en él. "Permaneced en Mí", dijo Jesús.
Para llegar les doy una ayuda: la oración más simple y más sublime y más eficaz de los monjes de Oriente.
La Oración de Jesús.
Sentados o tumbados, da igual. Solos, si pueden. Cierren los ojos. Al inspirar por la nariz digan "Jesús". Retengan unos segundos el aire y expiren por la nariz repitiendo "Jesús". Repitan la operación. Solo se han de esforzar en apartar -como se apartan las moscas en verano- las distracciones de su mente, con toda paz. Piensen solo en el Nombre de Jesús.
Ahí está todo el Evangelio, toda la Revelación, toda la Salvación. El Todo.
Porque "no se ha dado otro nombre que pueda salvarnos" y “Al nombre de Jesús, se doble toda rodilla en el cielo, en la tierra y en los abismos, y toda lengua proclame para gloria de Dios Padre: «Jesucristo es el Señor»”.