Parece que los cristianos vivimos hasta 14 años más que otras personas que no son cristianas. Este análisis es uno de muchos que relacionan Fe y bienestar físico. Pero ¿Qué tiene que ver una cosa con otra?
Es evidente que vivir con confianza tiene sentido para el ser humano. Tener Fe ayuda a superar momentos de desánimo y desesperación. También es evidente que una persona con una psicología más equilibrada es capaz de cuidarse y vivir de manera más responsable. Pero tener Fe tampoco es una medicina, por si misma, para llegar a los 120 años. No se trata de eso.
Pongámonos escépticos. Podemos plantear un efecto placebo que favorece a quienes se creen favorecidos de antemano. ¿Por qué no? Quizás esta sería la explicación que un no creyente pudiera dar a los resultados de este tipo de estudio. Pero hay un elemento que se escaparía en esta deducción.
¿Cómo actúa el placebo? Se constata que el solo hecho de creer que algo actúa de forma positiva en nuestra salud, nos hace sentirnos mejor e incluso nos conduce a sanar antes. Esto es ciencia. Los placebos se comportan como catalizadores positivos en línea con la estabilidad emocional y fisiológica natural. Es decir, inciden en el bien del individuo en sintonía con los procesos internos naturales.
Si se vive una media de 14 años más ¿Podemos decir que la Fe beneficia nuestra salud? Si. Por lo tanto está en sintonía con la naturaleza de nuestra fisiología y nuestra psicología. Creer es algo que reclama nuestra naturaleza y no algo que va en contra de lo que somos.
Por lo tanto, tener Fe en Dios es algo tan natural como el propio ser humano. Eso se evidencia en que resulta beneficioso para nosotros.
Aquí tienen una buena razón para creer. Dios les bendiga :)