Los poetas con su palabra buscan la armonía,
la altura de la luz, el colmo del alma.
No hay poeta que no busque la paz, que no sienta ese deseo.
La poesía es la esencia del mundo,
la cohesión, el sustrato, el magma.
La poesía es el canto
que entonan los hombres para ver
si todavía les queda esperanza,
si todavía hay entre ellos algo santo.
La poesía es un acto de creencia,
es la presencia de Dios
en el dolor, en el amor, en la belleza.
Los poetas. Y ese incendio
de música: la experiencia
de contemplar el rostro de Cristo en el alma.