No me refiero a la situación difícil económica, sino al viraje que está dando el Gobierno y nuestra sociedad en cuestiones morales y religiosas.
Vemos que se están promulgando leyes y presentando proyectos de ley que van contra valores fundamentales de la vida no sólo moral, sino cristiana e, incluso, religiosa.
Me llama la atención que cuando entra en cualquier gobierno, no sólo en España sino en cualquier nación, un ministro de una ideología laicista o de cualquier secta, hay que ver el interés que pone en introducir sus principios laicista, masónicos o sectarios, en la legislación, a pesar de tener en contra a muchos católicos. Y éstos parece que se duermen en los laureles y no mueven un dedo para defender en la legislación y en la vida democrática no ya los valores fundamentales de la Iglesia o de las otras confesiones religiosas, sino ni siquiera de derechos fundamentales de la persona humana. Hasta estos derechos son conculcados por leyes que están saliendo.
Y me pregunto, ¿cómo es posible que se aprueben este tipo de leyes dentro de una sociedad mayoritariamente cristiana? ¿Qué hacemos los católicos a todos los niveles para impedirlo?
Se están dando casos de prohibir que haya cualquier signo religioso en las aulas de algunos colegios porque hay algunos alumnos musulmanes o de alguna secta. Y sigo preguntándome, ¿dónde están los padres de los alumnos católicos que no se imponen a esas veleidades? Y cuando se hace mofa de algo fundamental cristiano como la persona de Jesús, y se profanan capillas e iglesias ¿dónde están las autoridades, sean o no cristianas, que permiten estos actos vandálicos?
Estas mismas autorizadas que mandan quitar de las escuelas los crucifijos ¿por qué no atajan esos abusos? En un país de mayoría musulmana, por ejemplo, ¿se permitiría quitar de las escuelas cualquier signo religioso porque haya unos cuantos alumnos que no sean de religión musulmana?
Y ante las veleidades autorizadas por la ley, también me pregunto ¿dónde están esos católicos que luchen desde todos los ámbitos de la sociedad para que se respeten las creencias de los ciudadanos y que rompan el silencio y el dejar hacer, que es lo que ha hecho posible que se haya llegado a esos extremos?
Y si alguien dice que los laicistas han ganado las elecciones, acabo preguntándome ¿dónde estaban los católicos a la hora de votar, conociendo, aunque no con mucha claridad, por dónde iban las líneas de los partidos que se presentaban?
Es triste pensar que lo único que algunos católicos saben hacer es lamentarse de la situación en que encuentra nuestra sociedad y después, cuando ya es tarde, vienen las manifestaciones, protestas, concentracionesY Y seguimos quejándonos de que va mal nuestra sociedad. Y creo que la gran pregunta que debiéramos hacernos es hasta dónde llegaremos si vamos como vamos.
José Gea