Hoy, queridos amigos, toca hacer una confesión personal. En junio cumpliré mi curso número quince. En septiembre, les digo a las niñas, que me han vuelto a suspender y que tengo que repetir curso. Las religiosas de Talavera son unas pocas menos porque 14 de ellas fueron a fundar un nuevo Colegio en Valdemoro (Madrid) en la diócesis de Getafe. Aunque el Señor bendice ambas comunidades con nuevas vocaciones. Las escolares son actualmente 970. Las niñas entran con 2-3 años y se marchan con 18. Aunque cuando decimos entre nosotros que hablamos de “una niña del Colegio”, la niña puede tener hasta pasados los 70.
La carta dice así:
Y, efectivamente, en la web del Colegio puede leerse que el “Viernes, 15 de abril. Fin de trimestre. Se celebrará la Santa Misa a las 11´00 h. A las 12´00, las alumnas mayores representarán la obra "Esta es nuestra sangre", sobre los mártires de Barbastro.
Cuando todavía en algunas misas o en Ejercicios “mis niñas” cantan a voz en cuello el “Himno Joven” de Luis Alfredo en honor de los mártires del siglo XX en España o la canción “¡Viva Cristo Rey!” del grupo Jessed… pienso en el gozo vivido un 28 de octubre de 2007… eran otras alumnas, pero el espíritu y el gozo de nuestros mártires sigue presente en el Colegio.
Desde que llegué a Talavera de la Reina para ser Vicario en la Parroquia de San Andrés en el popular barrio de la Puerta de Cuartos, la vinculación con el Colegio “Compañía de María” de la calle de Santo Domingo, que las religiosas de la Orden de Nuestra Señora, dirigen desde hace más de cien años, fue inmediata. De hecho, la primera misa que celebré en la Ciudad de la Cerámica fue en su iglesia, junto a José Luis Galán, un compañero de curso.
Tras el primer año y después de seis meses como Capellán de las Madres Bernardas, el Arzobispo, Monseñor Francisco Álvarez, decidió nombrarme capellán del Colegio “Compañía de María”. Yo regresaba de dedicar mi mes de “vacaciones” en un país al que siempre llevo en mi corazón: Albania. Don Marcelo, que me ordenó en 1995, solo me dejó acudir en el verano y don Francisco, siguió la misma pauta. Así que, en septiembre de 1996, recibí mi nuevo destino: una comunidad con 54 religiosas y otra comunidad, la escolar con más de 700 niñas. Este es el único Colegio privado de toda la Comunidad Autónoma de Castilla-La Mancha.
Acaba el trimestre y “mis niñas” me han escrito una peculiar carta. Se trata de una invitación. El viernes representan una pieza dramática sobre el martirio de los 51 claretianos de Barbastro con el título: "Esta es nuestra sangre" (cuyo título han tomado del libro escrito por el claretiano Gabriel Campo).
La carta dice así:
Querido D. Jorge:
Me llamo Faustino Pérez. Soy seminarista mártir por la gracia de Dios. Mis hermanos y yo queremos contarle lo que vivimos en aquellos días en nuestra España del año 36.
Queremos hablar de nuestro cautiverio, de nuestro encarcelamiento, simplemente por el hecho de ser fieles a la llamada de Jesús, a la Virgen, al Papa, a nuestra España católica, a nuestra Congregación querida, entregando nuestras vidas hasta el final y derramando nuestra sangre joven; vidas repletas de ilusiones. La mayor de ellas era llegar a abrazar el sacerdocio; poder celebrar la Santa Misa, aunque sólo fuera por una vez. Pero el Señor nos tenía preparada una palma mayor, de la que todos nos considerábamos indignos.
Vivimos momentos de verdadera angustia, pero también de mucha unión, paz y serenidad interior, porque, cuando uno se entrega a Dios, Dios se le entrega a Él por completo. Dios toma en serio nuestra palabra. Ya nos lo decían nuestros Superiores: “No se improvisan las grandes entregas, ni tampoco se improvisan las grandes caídas. Sean fieles en lo pequeño, aquí y ahora”.
Nos acusaban de tener armas. Nuestros perseguidores lo ignoraban, pero… sí, teníamos el Arma más grande. Teníamos a Jesucristo vivo en nuestros corazones. Por eso tuvimos la fuerza suficiente para morir perdonándoles, y gritar con todas nuestras energías en los labios los nombres benditos de Jesús y María.
Después de lo sucedido en Barbastro muchas personas se convirtieron. Muchos abrazaron la fe. ¡Qué importante el valor del testimonio! ¿Por qué Dios se valió de nosotros? No lo sé, por pura bondad suya.
Usted también está dedicando mucho de su tiempo y esfuerzo para que el mundo, para que nuestra España de hoy conozca el testimonio de sus mártires, demostrando que es posible llegar a ser santos viviendo heroicamente la vida ordinaria. Al igual que nosotros, está acercando almas al Corazón de Jesús, para que más le amen y le sigan. Dios se está sirviendo de usted.
Nos gustaría que estuviera presente el día que lo demos a conocer, viernes 15 de abril, a las 12,00h.
Rogaremos a Dios por usted y por los suyos. ¡Ánimo, Hermano! ¡Nos veremos en el Cielo! “¡POR TI MI REINA, LA SANGRE DAR!”
Y, efectivamente, en la web del Colegio puede leerse que el “Viernes, 15 de abril. Fin de trimestre. Se celebrará la Santa Misa a las 11´00 h. A las 12´00, las alumnas mayores representarán la obra "Esta es nuestra sangre", sobre los mártires de Barbastro.
Dice que las alumnas mayores… aunque la carta la firman los mártires de Barbastro: Faustino Pérez, Agustín Viela, Ramón Illa, José Figuero, Alfonso Sorribes, Miguel Masip, Esteban Casadeval, Luis Lladó, Pedro García, Tomás Capdevila, Juan Codinach, y los Padres Juan Díaz y Felipe de Jesús Munárriz…
Y, para mí, como padre feliz, puedo palpar los frutos tras tanto trabajo…
No dejéis de entrar en esta página para contemplar los verdaderos rostros de los 51 claretianos, mártires en Barbastro:
Ni en esta otra:
Cuando todavía en algunas misas o en Ejercicios “mis niñas” cantan a voz en cuello el “Himno Joven” de Luis Alfredo en honor de los mártires del siglo XX en España o la canción “¡Viva Cristo Rey!” del grupo Jessed… pienso en el gozo vivido un 28 de octubre de 2007… eran otras alumnas, pero el espíritu y el gozo de nuestros mártires sigue presente en el Colegio.
Por anticipado, en medio de exámenes y con el cansancio del final de trimestre… ¡Muchas gracias! Y que el Rey de los Mártires os dé el don de la fidelidad.