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La Cuaresma va tocando a su fin. Ya con la Semana Santa tan cercana no viene mal repasar algunos textos de los Padres de la Iglesia, para que con ese lenguaje tan directo y vivo, nos ayuden a profundizar en la conversión.
Señor ¿Soy un hombre sin remedio? ¿Miro a los demás buscando su pecado? ¿Estoy preparado para morderles, despreciando corregirles con caridad y afecto? ¿Soy de los que acusan a los demás para ocultar mis culpas e impotencias?
Señor ¿Soy un hombre sin remedio? ¿Miro a los demás buscando su pecado? ¿Estoy preparado para morderles, despreciando corregirles con caridad y afecto? ¿Soy de los que acusan a los demás para ocultar mis culpas e impotencias?
¿Quien puede pedir perdón a Dios realmente? Quien no se perdona a si mismo. Dios es el que perdona y nos da la Gracia que nos convierte. Nosotros, a lo sumo, podemos olvidar nuestros errores sin llegar a transformarnos. Reflexionando sobre este texto se encuentran muchas claves del sacramento de la reconciliación y porque es como es y no de otra forma.
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Señor perdona nuestros pecados y sobre todo,
perdona que olvidemos que el perdón,
que convierte, que transforma,
que convierte, que transforma,
sólo puede provenir de Ti.
Amén