Era uno de los grandes secretos de la Administración, y a fe que hacían bien en mantenerlo en secreto. Una pregunta de la diputada del Partido Popular Sara Dueñas, afortunadamente respondida en el Congreso sin apelaciones a la obra discográfica de Amaral ni a la conspiración planetaria contra la familia de Chaves, ha revelado que en los últimos tres ejercicios fiscales, lo que Hacienda ha recaudado por la vía de las multas de tráfico asciende a la friolera de ¡¡¡1.322 millones de euros!!! Para que nos entendamos...
¡¡¡220.000 millones de pesetazas de las de antes!!!
Dado que el PIB español asciende en números redondos a un billón de euros... ¡un 1,3 por mil del PIB español recaudado sólo en multas en tres ejercicios!
Más aún, dado que el presupuesto del Estado asciende a 363.000 millones de euros, quiere decirse que lo recaudado en tres años asciende a... ¡¡¡un 3,64 por mil del total de los Presupuestos Generales del Estado!!!
Añadan Vds. a esto las multas de otro tipo impuestas por el estado, y las multas de circulación que se imponen en las ciudades por las policías locales –porque el dato aportado se refiere tan solo a las multas que impone la Dirección General de Tráfico-, y ahí tienen el panorama del ciudadano europeo más breado a multas probablemente de todo el mundo.
Se entiende ahora el ahorro que se pretende hacer reduciendo la velocidad a 110 kms/hora y las medidas que aún nos quedan por ver. Que lo que es petróleo ahorrarán poquito, ¿o alguien lo dudaba? Pero lo que es para las arcas públicas, y para seguir pagando cursitos de masturbación a los niños extremeños; y trabajos sobre la enervación del clítoris a los amiguetes de Bibiana; y las maravillosas películas de la Zeja que ya recaudan más en subvenciones que en las taquillas; y cursitos de restauración a los cocineros vascos millonarios que no condenaron a la ETA ni cuando mataron a un colega cuyo delito consistía en trabajar para un cuartel de la armada; y los más de cien mil abortos en clínicas privadas que se producen en España... para todo eso... da de sobra, ¿o no?