Maher El-Gohary y su hija Dina Mo´otahssem se convirtieron al cristianismo hace más de 20 años por lo que tuvieron que vivir en la clandestinidad.
El mes pasado rompieron a llorar dentro del avión que despegaba desde el del Aeropuerto Internacional de El Cairo y les llevaba a Siria, esperando de una manera infundada que en este país podrían partir hacia los EEUU o algún país europeo. Estaban eufóricos por su nueva libertad
Maher Ahmad El-Mo´otahssem Bellah El-Gohary, de 58 años, ganó notoriedad en Egipto después de haber demandado al gobierno en agosto de 2008 para obtener el derecho de cambiar la religión que aparece en su tarjeta de identificación emitida por el estado. En su tarjeta aparece que es musulmán, y él quería que constase que es cristiano.
En Egipto las tarjetas de identificación desempeñan un papel fundamental en la vida de una persona, se utilizan para todo, desde abrir una cuenta bancaria,como alquilar un apartamento, a recibir atención médica, a cualquier gestión burocrática. La afiliación religiosa en la lista, ya sea una tarjeta del seguro que se suscribe o no, determina si la persona está sujeta a la ley civil islámica.
La denominación religiosa determina que tipo de clases de religión tendrán que tomar obligatoriamente en la escuela. El-Gohary presentó una demandaen el año 2008 de cambio de religión para que su hija, de 15 años en esa fecha, pudiera optar por las clases religiosas y no estar sujeta a la persecución que él sufrió cuando se convirtió al cristianismo hace 20 años. En Egipto es un delito punible con pena de prisión el no tener tarjeta de identificación.
La demanda del cristiano El-Gohary provocó una enorme indignación en todo Egipto. Tanto El-Gohary y su hija fueron tildados públicamente de apóstatas en un país donde el 84 por ciento de los musulmanes consideran que los que abandonan el Islam deben ser ejecutados, según un estudio publicado por el Pew Research Center en diciembre de 2010.
A partir de la demanda El-Gohary y su hija se vieron obligados a esconderse durante dos años y medio en la clandestinidad y fueron acosados por el temido Servicio de Inteligencia de Seguridad del Estado
Después de las manifestaciones de los egipcios que llevaron a la caída del presidente Hosni Mubarak y el ministro del Interior, Habib al-Adly, El Gohary-y su hija fueron el 22 de febrero al Aeropuerto Internacional de El Cairo, con nuevos pasaportes, y a pesar de los “vientos de cambio” en el país de los faraones, fueron interrogados por la policía. Se les permitió finalmente salir, después del interrogatorio
Eligieron ir a Siria porque los ciudadanos egipcios no están obligados a tener visas para entrar en el país. Establecieron, una vez allí, contacto con una organización de EEUU. Que lucha por la libertad religiosa, El-Gohary esperaba que sería fácil obtener una visa para los Estados Unidos, donde vive su esposa. Pero el gobierno sirio les retiene entre las cuatro paredes de su apartamento porque el gobierno de Damasco persigue a los que abandonan el Islam y se convierten al cristianismo.
Dina, ahora tiene 17 años, afirma que aunque la salida de Egipto fue "un milagro", está devastada por la perspectiva de tener que pasar más tiempo con su vida en suspenso. Ella asegura estar tan asustada en Siria, como lo estaba en Egipto. "Estamos muy, muy cansados de todo este sufrimiento", dijo."He perdido dos años de mi vida. Quiero terminar la escuela."
Dina ha declarado que: "Quiero salir para que pueda terminar mis estudios y quiero ir a una iglesia y salir fuera de una iglesia sin tener miedo de ser asesinada"
Los musulmanes convertidos al cristianismo en Siria, se ven obligados a abandonar su lugar de residencia debido a la presión social.
Aunque no existe una religión oficial del estado en Siria, la constitución siria requiere que el presidente sea musulmán y estipula que la ley islámica es una fuente principal de legislación.
A pesar del poder del islamismo, aumentan las conversiones al cristianismo en Siria. Los cristianos son objetivo de la violencia de los islamistas