Eliminan a todos los hijos, excepto uno, de una misma familia ante la posibilidad de que desarrollen cáncer en un futuro.
La Comisión Nacional de Reproducción Asistida autorizó al Hospital San Pau de Barcelona a eliminar a todos los hermanos de una misma familia que presentaban una variación en el gen BRCA1 que incrementa en un 80% las probabilidades de sufrir cáncer de mama, ovario o páncreas en un futuro.
La novedosa técnica consistió en generar múltiples hijos, a partir de las células germinales de sus padres, para diagnosticar en ellos dicha mutación, una vez realizado este diagnóstico se procedió a la eliminación de los hijos que podrían enfermar. Finalmente se implantó, en el útero materno, el hijo que, en edad embrionaria, presentaba menor riesgo de padecer cáncer.
El niño seleccionado, en fase embrionaria, nació felizmente a finales del pasado año 2010, de la misma manera que hubiesen nacido sus hermanos de haber contado con la suerte de ser implantados en el seno de una mamá.
Está técnica recibe el eufemístico nombre de “diagnóstico pre-implantacional” aunque no es tan novedosa como muchos creen, ya que fue ampliamente practicada en Esparta, Grecia, en la antigüedad, si bien la técnica era entonces más rudimentaria que la actual y consistía en precipitar al vacío a todo aquel niño que tuviese, por algún defecto físico o debilidad, disminuida la probabilidad de supervivencia a corto o medio plazo, eliminándose, de este modo, la posibilidad de que sus padres tuviesen que lamentar, en un futuro, su muerte a manos de un enemigo o bestia del campo.
Según recoge la prensa el equipo médico que ha realizado tamaña hazaña no es partidario de “lanzar las campanas al vuelo”, así mismo informan que: “La Seguridad Social ha costeado íntegramente el diagnóstico genético preimplantacional de este bebé(*), algo que también ha justificado la directora del Instituto Borja de Bioética. "En un momento de recortes sanitarios, tenemos que ver el ahorro que supondrá que este niño nazca sin el gen mutado del cáncer".”
Las reacciones de los intransigentes no se han hecho esperar y han surgido críticas desde sectores de la trasnochada y antipática Iglesia Católica incapaz de comprender como el ahorro en gasto sanitario así como el evitar la posibilidad de que unos padres sufran, en el futuro, la enfermedad de unos de sus hijos justifica de sobra la eliminación de estos seres humanos.
(*) Tambien serían bebés los otros no-implandados ¡digo yo!, además del mismo padre y madre
Germán Menéndez